Eduard Molinet, psicólogo del Centro de Psicoterapia Itersia, ha señalado los efectos negativos que las olas de calor tienen sobre la salud mental y el ánimo general, afectando principalmente a individuos con predisposición a la ansiedad o depresión, así como a mayores y adolescentes bajo tratamiento médico.
Las altas temperaturas pueden causar irritabilidad, falta de sueño, agotamiento, depresión, comportamientos violentos y problemas de concentración, según lo indican diversos estudios científicos actuales.
Un estudio destacado en ‘Nature climate change’ concluye que la exposición prolongada al calor intenso disminuye la calidad de vida al afectar la salud mental. Esta investigación destaca que las visitas de adolescentes a Urgencias debido a ideaciones suicidas aumentan un 1,3 por ciento por cada grado que se eleva la temperatura diaria. «Los adolescentes son uno de los grupos que más sufren por condiciones extremas como el calor excesivo», enfatiza Molinet, quien sugiere fomentar políticas de salud pública que mitiguen los impactos negativos del cambio climático en la salud mental.
De igual forma, un análisis en ‘Journal of affective disorders’, con 19.852 adolescentes, vincula las olas de calor con incrementos en los niveles de depresión y ansiedad. Otro estudio en ‘Enviromental International’ señala que el fenómeno de isla de calor urbana podría ser un factor de estrés ambiental que afecta especialmente a mujeres y personas con hipertensión o enfermedades coronarias.
En respuesta a estas condiciones, Molinet recomienda escuchar las señales del cuerpo durante jornadas calurosas, mantenerse bien hidratado y descansar adecuadamente. «No dormir bien afecta a nuestro estado de ánimo», apunta.
EPISODIOS VIOLENTOS Y PROBLEMAS EN PAREJAS
Según ‘The Lancet’, el calor eleva la incidencia de episodios violentos y crímenes, incluyendo homicidios y delitos sexuales. Un análisis retrospectivo en siete ciudades de EE. UU. muestra que un aumento de cinco grados centígrados resulta en un aumento del cinco por ciento en delitos sexuales. Asimismo, otro metaanálisis revela que las hospitalizaciones por problemas mentales aumentan un 10 por ciento durante olas de calor prolongadas.
El verano también tiene un impacto significativo en las relaciones de pareja, con un aumento del 20 por ciento en solicitudes de divorcio en septiembre, respaldado por datos del Consejo General del Poder Judicial y el Instituto Nacional de Estadística. «Esto se debe a que durante el año se convive menos y, en vacaciones, el tiempo de convivencia se intensifica, lo que puede agravar tensiones no resueltas. A ello se suman factores como la organización del viaje, las presiones económicas acumuladas y la falta de espacios previos para el diálogo. Muchas conversaciones importantes se postergan y estallan durante el descanso», detalla Molinet.
Para prevenir estos conflictos, Molinet aconseja abordar estos temas durante el año y, si persisten los problemas, buscar ayuda profesional que permita manejar la crisis como una oportunidad para fortalecer la relación.