Importancia de la radiología en la detección temprana de tumores óseos en niños

La importancia de la radiología en la identificación temprana de los tumores óseos malignos más comunes durante la infancia es destacada por la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). Se subraya que la radiografía simple es ‘fundamental’ como método inicial para el reconocimiento de anomalías óseas. Esta técnica permite observar lesiones líticas o blásticas, evaluar sus características radiológicas y detectar la reacción perióstica, lo que ayuda a determinar la agresividad de la lesión. Adicionalmente, la resonancia magnética (RM) es ‘fundamental’ para analizar la extensión local del tumor, la afectación de las partes blandas y de la médula ósea, facilitando así una planificación quirúrgica adecuada.

Por su parte, la tomografía computarizada (TC) también es ‘fundamental’ para estudiar la extensión del tumor y a menudo se emplea para evaluar la extensión local. La Radiología Intervencionista juega un papel crucial en el diagnóstico de estas lesiones, ya que permite realizar biopsias dirigidas.

La SERAM indica que el osteosarcoma y el sarcoma de Ewing son los tumores óseos malignos más habituales en niños, representando el osteosarcoma aproximadamente un 60% de estos casos en niños y adolescentes, principalmente entre los 10 y 20 años. El sarcoma de Ewing, por su parte, representa entre un 20 y un 25%, afectando mayormente a niños de 10 a 15 años. Ambos tipos de cáncer son más comunes en varones y varían en su localización; el osteosarcoma se localiza generalmente en las metáfisis de los huesos largos, mientras que el sarcoma de Ewing se encuentra más frecuentemente en el esqueleto axial y en las diáfisis de los huesos largos.

Según la doctora Moreno, ‘el diagnóstico de estos tumores se basa en una combinación de clínica (dolor óseo persistente, inflamación local, masa palpable, a veces fiebre, y limitación funcional), pruebas de imagen (radiografía convencional, RM, TC) y biopsia para confirmar el diagnóstico histológico y determinar el tipo de sarcoma óseo.’

Además, la experta señala que ‘la evolución depende de diversos factores, como la presencia de metástasis al diagnóstico, la localización del tumor (pelvis y columna presentan peor pronóstico), el tamaño tumoral, la edad del paciente, la respuesta a la quimioterapia y, en el caso del sarcoma de Ewing, determinadas alteraciones genéticas.’

Finalmente, la doctora Moreno destaca que el tratamiento de estos tumores es ‘multidisciplinar’, involucrando quimioterapia, cirugía y/o radioterapia. ‘Gracias a los avances médicos y a la estrecha colaboración entre especialistas, la supervivencia global ha mejorado de forma significativa en los últimos años’, concluye.

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