Importancia de la vigilancia parental en la detección temprana de la dislexia en niños

Paloma Méndez de Miguel, psicóloga, subraya el papel de los padres en identificar tempranamente la dislexia en niños.

Paloma Méndez de Miguel, psicóloga infantil en el Centro Médico Olympia de Pozuelo, ha enfatizado en la crucial participación de los padres en la identificación precoz de la dislexia en niños al observar ciertas dificultades en la lectura y escritura durante la etapa preescolar.

Méndez destaca que la dislexia, junto al TDAH, es uno de los trastornos neuropsicológicos más prevalentes en la infancia en España, afectando entre un cinco y un 15 por ciento de los niños. Esta condición se manifiesta en problemas significativos para aprender a leer o escribir correctamente.

La especialista recalca la importancia de una detección temprana para mitigar problemas futuros, instando a los padres a estar atentos a signos como una pobre conciencia fonológica, retrasos en el habla, dificultades en pronunciación, problemas para aprender el alfabeto, entre otros.

Además, Méndez señala que, aunque los niños puedan presentar ritmos de desarrollo diferentes, es esperable que hacia los seis años ya manejen adecuadamente la prelectura y la preescritura. No obstante, el diagnóstico definitivo se suele establecer alrededor de los 7 años, pudiendo adelantar un cribado en niños con antecedentes familiares de dislexia desde los tres o cuatro años.

«UN PROGENITOR DISLÉXICO MULTIPLICA POR OCHO LAS PROBABILIDADES». Méndez también apunta a que los hijos de padres disléxicos tienen ocho veces más probabilidades de desarrollar dislexia en comparación con la población general, y un 40 por ciento de probabilidad entre hermanos. La dislexia puede coexistir con otros trastornos neuropsicológicos y emocionales, como el TDA, TEL, trastorno del desarrollo de la coordinación y discalculia.

Respecto al diagnóstico, se utilizan diversas pruebas desde los tres años y, a partir de los siete, se realiza una evaluación neuropsicológica completa. Tras la valoración, se inicia un tratamiento en colaboración con la familia y la escuela, aplicando programas de reeducación que, aunque no ofrecen resultados inmediatos, son altamente efectivos durante un periodo aproximado de dos años, según Méndez.

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