Un reciente estudio del Servicio de Urología del Instituto de Cirugía Urológica Avanzada (ICUA) señala un incremento del 30% en las consultas de urgencias urológicas, atribuible a las elevadas temperaturas durante el periodo estival.
‘El aumento de la sudoración, la mayor exposición a bacterias y la posibilidad de deshidratación son factores de riesgo ligados al calor y las altas temperaturas que comprometen la salud urológica. Estas condiciones son especialmente preocupantes para las poblaciones vulnerables, como las personas mayores y quienes padecen enfermedades renales previas’, explica Fernando Gómez, jefe del ICUA.
Este incremento en las consultas urológicas se asocia principalmente a un aumento en los casos de cólico nefrítico por cálculos renales, debido a la deshidratación y el calor. ‘Estas dos condiciones reducen el volumen urinario y favorecen la cristalización. Además, también aumenta la calciuria (nivel de calcio el la orina) debido a niveles elevados de vitamina D por exposición a la luz solar, lo que favorece la formación de cálculos’, añade Gómez.
Varios estudios, incluyendo uno publicado en ‘Actas Urológicas Españolas’, han demostrado un incremento en la frecuencia de cólico renal en verano. Otro estudio indica que el 27% de los cólicos renales se producen en esta estación, con un pico en agosto, que representa casi el 10% de los casos.
‘Una de las formas de saber si nuestra hidratación es correcta será mediante la coloración de la orina, cuanto más turbia u oscura sea la orina peor hidratados estaremos. Es en este caso cuando debemos aumentar la ingesta de líquidos. Además se recomienda ir al especialista ante la aparición de los primeros síntomas y antes de que la situación empeore’, recomienda Gómez.
Asimismo, las infecciones del tracto urinario como las cistitis son más frecuentes en verano, especialmente entre mujeres. Un estudio de la Asociación Americana de Urología muestra que con temperaturas entre 25 y 30°C, la incidencia aumentó un 20 a 30% comparado con semanas de 5 a 7.5°C.
‘Las infecciones urinarias aumentan por varios factores, entre los que destacan la deshidratación y menor producción de orina, lo que hace que se concentre y disminuya su poder de limpieza; la humedad vaginal persistente que favorece la proliferación bacteriana; y la mayor actividad sexual. Además, las temperaturas elevadas permiten una mayor supervivencia y crecimiento de bacterias como ‘E. coli’ en el ambiente y la ropa. Y el cambio de hábitos, los viajes o estar más tiempo fuera de casa, hace que se retrase el hecho de ir al baño, lo que permite que las bacterias se adhieran y proliferen’, detalla Gómez.
PREVENIR LAS URGENCIAS UROLÓGICAS EN VERANO
Para mitigar las urgencias urológicas durante el verano, los especialistas del ICUA sugieren varias medidas. Recomiendan mantener una adecuada hidratación, bebiendo al menos 2-2.5 litros de agua diarios, incluso sin sed. Durante el calor extremo o la actividad física, debe incrementarse el consumo, y se debe evitar bebidas azucaradas, con cafeína o alcohol, que pueden intensificar la deshidratación.
Además, aconsejan reducir la ingesta de sal y alimentos ricos en oxalato como espinacas, remolacha, frutos secos y chocolate si se tienen antecedentes de cálculos renales. Es recomendable consumir frutas con alto contenido en agua como sandía, melón y piña, e incluir cítricos en la dieta ya que el ácido cítrico ayuda a prevenir la formación de cálculos.
Es importante también evitar la exposición prolongada al calor y cambiar los bañadores mojados rápidamente, ya que mantener la zona íntima húmeda por largo tiempo puede irritar la piel y facilitar la entrada de bacterias al tracto urinario.
Los expertos sugieren orinar antes y después del sexo, y hacerlo con frecuencia, pues la orina sirve como mecanismo natural de limpieza para la uretra, eliminando bacterias que puedan haber ingresado durante el coito.
Finalmente, los pacientes con antecedentes urológicos deben realizar una revisión previa al verano para prevenir infecciones urinarias, insuficiencia renal o cólicos nefríticos. Deben tener especial cuidado las personas mayores, los pacientes renales crónicos y quienes toman diuréticos o medicamentos nefrotóxicos.