El incremento en el uso de dispositivos digitales desde edades tempranas y la subsiguiente dificultad para supervisar estos comportamientos, que aunque externos a la escuela, involucran al alumnado, propician el aumento de incidentes de ciberbullying, alerta Teresa Cenarro, vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Según Teresa Cenarro, desde las consultas de Atención Primaria se observa que las víctimas de ciberacoso son ‘más pequeños’, empezando a los 8 años. Por ello, la AEPap subraya la importancia de implementar estrategias de detección temprana y prevención desde el comienzo del año escolar tanto en las familias como en las aulas.
Estadísticas sobre ciberbullying y acoso escolar
De acuerdo con el Estudio Estatal sobre la Convivencia Escolar en Centros de Educación Primaria, publicado en 2023 por el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar del Ministerio de Educación, hasta un 9,5% de los estudiantes menores de 12 años se consideran víctimas de acoso escolar, y un 9,2% de ciberacoso. La situación se agrava en la Secundaria, donde casi el 20% reporta haber sufrido acoso.
La AEPap advierte que la dificultad para que las víctimas y sus entornos comuniquen estos problemas puede hacer que pasen desapercibidos, por lo que insta a familias y educadores a estar vigilantes. Marta Torrejón, pediatra de Atención Primaria del Centro de Salud Villa del Prado en Madrid, destaca que algunos signos de alerta incluyen el deterioro del rendimiento escolar y cambios significativos en el comportamiento, como mayor irritabilidad o rechazo a actividades que antes disfrutaban. Además, en niños con enfermedades crónicas, estos problemas pueden agudizarse.
Adicionalmente, la presencia de lesiones físicas como moratones o arañazos en el entorno escolar, daños o desaparición del material escolar son indicativos de violencia. Las somatizaciones pueden incluir síntomas como vómitos, dolor abdominal o de cabeza, angustia, ansiedad, y problemas conductuales como tristeza persistente, mutismo selectivo y timidez extrema.
Perfiles de riesgo y detección de acosadores
La doctora Torrejón señala que, aunque cualquier niño puede ser víctima, hay perfiles con mayor riesgo, como los niños muy impulsivos o tímidos, aquellos expuestos a violencia familiar, con características físicas inusuales, sobrepeso, pertenecientes al colectivo LGTBI+, o con condiciones crónicas o mentales. Los acosadores suelen tener un rol de liderazgo negativo e incitar a otros, demostrando falta de remordimiento y empatía. Un ‘bully-victim’ es alguien que ha sido víctima de acoso y puede convertirse en acosador.
Para enfrentar el acoso, es crucial ‘escuchar de manera abierta y diseñar junto con el niño y el centro escolar un ‘plan de seguridad’, guardar ‘fechas, lugares y personas involucradas como evidencia’, buscar ayuda profesional y consultar al pediatra de Atención Primaria cuando sea necesario. En cuanto a la detección de un perfil de acosador, es vital reconocer el problema y buscar ayuda para mejorar habilidades sociales. En casos de ciberbullying, contactar a los responsables de la web para la retirada de contenidos ofensivos y vigilar el uso de dispositivos electrónicos es esencial, junto con la educación en valores en el hogar y la escuela, centrada en el respeto y la aceptación de las diferencias.















