El jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Universitari MútuaTerrassa, Sergi Call, ha destacado los beneficios de las terapias neoadyuvantes en el tratamiento del cáncer de pulmón con afectación ganglionar mediastínica, incluyendo quimioterapia e inmunoterapia, que mejoran notablemente los resultados de supervivencia.
“Desde hace décadas, se ha intentado realizar un tratamiento previo a la cirugía para disminuir el tamaño del tumor y sobre todo para eliminar por completo la enfermedad ganglionar del mediastino”, indicó Call durante el Congreso Mundial de Cáncer de Pulmón (WCLC) celebrado en Barcelona, organizado por la Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón (IASLC).
Según Call, aunque estos tratamientos han revolucionado el manejo del cáncer de pulmón, la respuesta varía significativamente entre pacientes, con un 25 por ciento logrando una respuesta completa y la mitad mostrando una respuesta patológica mayor. “Los ensayos clínicos controlados y aleatorizados han sido, y continúan siendo fundamentales para generar la máxima evidencia científica y establecer qué tratamientos resultan más eficaces que otros. Sin embargo, no debemos perder de vista que la práctica clínica es una realidad mucho más compleja”, explicó.
Asimismo, señaló las limitaciones en la aplicabilidad de estos estudios en la práctica clínica debido a que las poblaciones en los estudios son “altamente seleccionadas y estrictamente controladas”. “Los pacientes no son los mismos en un entorno controlado que en el mundo real y, por tanto, la aplicación de los tratamientos en un entorno real conlleva que las respuestas a los tratamientos varíen respecto a las observadas en ensayos controlados”, añadió Call, subrayando la importancia de la evidencia en el mundo real.
LAS TÉCNICAS INVASIVAS DE DIAGNÓSTICO SIGUEN SIENDO NECESARIAS
Call también resaltó la relevancia de técnicas invasivas como la ecobroncoscopia guiada por ultrasonido (EBUS) o la mediastinoscopia para identificar ganglios mediastínicos afectados que no se detectan en pruebas de imagen convencionales como la tomografía axial computarizada (TAC) o la tomografía por emisión de positrones (PET). “Las técnicas invasivas de diagnóstico, como la mediastinoscopia y el EBUS, siguen siendo las mejores herramientas para evaluar con precisión si los ganglios mediastínicos están afectados. En cambio, las pruebas de imagen como el PET y el TAC muchas veces no reflejan la verdadera respuesta al tratamiento neoadyuvante, no nos permiten ver bien si los ganglios están afectados”, explicó.
Una evaluación precisa de los ganglios mediastínicos es crucial para determinar la eficacia de la cirugía, ya que los pacientes cuyos ganglios no responden al tratamiento presentan una supervivencia significativamente menor que aquellos que sí responden favorablemente.















