Un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Turín ha descubierto que específicas bacterias intestinales alteran la actividad neuronal mediante contacto directo, considerado un en la exploración de la conexión entre la microbiota y el cerebro.
La investigación, difundida en ‘Scientific Reports’ (Nature Portfolio), se basó en un modelo experimental que facilita el estudio de las interacciones en tiempo real entre neuronas corticales de ratas y la bacteria ‘Lactiplantibacillus plantarum’, conocida por su presencia en alimentos fermentados y sus beneficios probióticos.
explicó Celia Herrera-Rincón, autora del estudio e investigadora Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UCM.
Implicaciones del descubrimiento
Además, se observó que la neurina no solo , sino que la presencia bacteriana, activando respuestas moleculares y eléctricas específicas. Este hallazgo representa un en cómo se comprende la comunicación entre microorganismos y el sistema nervioso.
Los investigadores notaron que la bacteria se adhiere a las superficies neuronales sin invadirlas, observando cambios en proteínas vinculadas a la neuroplasticidad y alteraciones significativas en la expresión génica relacionada con la plasticidad sináptica, inflamación y ciertas enfermedades como la demencia o la depresión.
resaltaron los investigadores.
Este estudio no solo abre nuevas rutas para entender la influencia del microbioma intestinal en el sistema nervioso central sino que también sugiere posibles terapias neuroactivas basadas en bacterias.
Es fascinante pensar que neuronas y bacterias, a pesar de pertenecer a reinos biológicos distintos, podrían compartir un lenguaje bioeléctrico común basado en canales iónicos y potenciales de membrana,> comentó Juan Lombardo-Hernández, primer autor del estudio.