Investigación revela que mujeres con trastornos alimentarios enfrentan barreras para entender emociones ajenas

Una investigación en Madrid muestra que los trastornos alimentarios dificultan la interpretación de emociones ajenas, impactando las relaciones sociales.

Una reciente investigación liderada por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid destaca que las mujeres afectadas por trastornos de la conducta alimentaria (TCA) experimentan dificultades significativas para descifrar los pensamientos y emociones de otras personas. Este impedimento afecta de manera considerable sus relaciones sociales, agravando los problemas que ya enfrentan en su entorno interpersonal.

Publicado en la revista ‘Progress in Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry’, el estudio indica que estas mujeres tienden a ‘sobre interpretar’ los estados mentales de los demás, lo que puede llevar a malentendidos y aumentar su malestar emocional. Este problema, que se ha asociado tradicionalmente con trastornos como el autismo o la esquizofrenia, ha sido menos explorado en el contexto de los TCA hasta ahora.

Los hallazgos también muestran que la habilidad para interpretar los estados mentales varía según el tipo de trastorno. Las mujeres con un perfil restrictivo, como en casos de anorexia nerviosa, presentan menos problemas en este ámbito en comparación con aquellas con un perfil purgativo, como la bulimia nerviosa, quienes enfrentan mayores dificultades.

La investigación subraya que la desnutrición y la duración prolongada del trastorno están directamente relacionadas con un deterioro en la capacidad de comprender la mente ajena, sugiriendo que estos factores pueden intensificar los problemas sociales vinculados a los TCA.

Marina Díaz Marsá, directora del estudio, ha señalado que estos descubrimientos abren nuevas vías para la intervención terapéutica y mejoran la comprensión de los trastornos alimentarios. ‘La mejora de las habilidades sociales y de la comprensión de los estados mentales ajenos podría ser clave para la recuperación de las personas con TCA. Es fundamental integrar este enfoque en los tratamientos, ya que los problemas sociales van mucho más allá de la preocupación por la comida, el peso o la imagen corporal’, ha añadido Díaz.

El estudio ha contado con la colaboración de varios hospitales y ha incluido a más de un centenar de mujeres, evaluando sus capacidades para identificar estados mentales a través de expresiones faciales y analizar situaciones sociales complejas.

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