Las personas con diabetes presentan un riesgo de infarto de miocardio un 73 por ciento superior, de acuerdo con los datos de la Federación Internacional de Diabetes (IDF). Estas cifras también reflejan un aumento significativo de otras complicaciones cardiovasculares, como el ictus, cuya probabilidad se incrementa en un 54 por ciento, o la insuficiencia cardíaca, que lo hace en un 84 por ciento.
Junto a los problemas cardíacos, la diabetes se asocia con otras patologías graves, entre ellas alteraciones de la visión, demencia de origen vascular y trastornos renales. En este sentido, hasta un 27,9 por ciento de los pacientes diabéticos en España padece algún grado de enfermedad renal crónica, lo que evidencia la magnitud del impacto de esta patología.
El efecto de la diabetes no se limita al ámbito sanitario, sino que también repercute de forma notable en la economía. Cada paciente con esta enfermedad genera un gasto medio anual cercano a 4.120 euros para el Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que supone un 78 por ciento más que el coste asociado a las personas sin diabetes.
Según el Ministerio de Sanidad, más de la mitad de los costes directos vinculados a la diabetes están “directamente relacionados” con estas complicaciones. Además, el Informe de problemas de salud-Situación laboral 2023 de DatosPOPSalud indica que casi el 15 por ciento de quienes viven con diabetes se encuentran en desempleo o fuera del mercado laboral, y que la enfermedad es más frecuente en los niveles de renta más bajos y en ciertas zonas geográficas.
“Esta combinación de alta carga asistencial, mayor vulnerabilidad socioeconómica y desigualdades territoriales refuerza la necesidad de invertir en prevención y en un seguimiento cercano para evitar la progresión hacia complicaciones”, han señalado desde la Federación Española de Diabetes (FEDE).
Muchas de estas complicaciones avanzan lentamente y sin dar señales claras, de modo que pueden pasar inadvertidas durante años si no existe un control adecuado. Por este motivo, el presidente de FEDE, Antonio Lavado, ha insistido en la importancia de sensibilizar sobre que una intervención temprana frente a estos riesgos puede disminuir “considerablemente” el impacto de la enfermedad tanto en términos clínicos como económicos.
“En FEDE apostamos por generar y difundir evidencia que visibilice las necesidades reales del colectivo y contribuya a impulsar cambios efectivos en la atención sanitaria y en las políticas públicas”, ha declarado Lavado.
Por último, ha subrayado la relevancia de disponer de información robusta, actualizada y correctamente analizada, que permita orientar la toma de decisiones en el sistema sanitario y se materialice en políticas públicas realmente eficaces.