Con la llegada de la Navidad se multiplican las celebraciones, las reuniones con familiares y amigos y las tareas de decoración y bricolaje en casa. Este incremento de actividad con herramientas, adornos y fuegos artificiales se traduce también en un mayor riesgo de sufrir traumatismos en los ojos.
Según un informe de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), los accidentes oculares crecen entre un 20 y un 30% durante las fiestas navideñas. Ante este repunte, el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega insiste en la necesidad de extremar las precauciones en determinadas situaciones cotidianas para evitar lesiones graves que puedan comprometer la visión.
“Los traumatismos oculares son un tipo de lesión que a menudo podemos evitar con una mayor conciencia de los riesgos y tomando las medidas adecuadas. Los casos más frecuentes se producen por el martilleo, este tipo de lesiones es más común en varones (97%) de una edad media de 30 años que no usan protección ocular al realizar estas actividades. Estas lesiones pueden causar desde daños leves hasta afecciones graves o muy graves, llegando incluso a perjudicar la visión de manera permanente”, explica el doctor Álvaro Fernández-Vega González, oftalmólogo especialista en Retina.
Entre las tareas de bricolaje con más riesgo se encuentran cortar madera o leña, colgar cuadros o fijar adornos en paredes y techos. En todas ellas pueden saltar fragmentos de madera o metal que impacten directamente en el ojo y provoquen lesiones importantes.
El especialista subraya que el uso de gafas de protección es clave en estos casos, ya que estos pequeños restos pueden dañar la córnea o producir heridas que, si no se tratan de forma rápida y adecuada, pueden derivar en una pérdida irreversible de visión.
Otro foco de peligro en estas fechas son las chimeneas. Las chispas o brasas que se desprenden pueden alcanzar los ojos y originar quemaduras o irritaciones severas. “Es recomendable mantener una distancia de seguridad o instalar una malla protectora o pantalla para evitar posibles quemaduras, lesiones o irritación”, dice el doctor Álvaro Fernández-Vega González.
Las celebraciones con brindis también conllevan su propio riesgo. El descorche de botellas de champán o cava puede convertirse en un proyectil si no se realiza correctamente, ya que el corcho sale despedido a gran velocidad y puede golpear el ojo de quien abre la botella o de quienes están cerca.
Por este motivo, el oftalmólogo recuerda que es fundamental no agitar la botella, sujetar el corcho en todo momento y abrirla con calma y apuntando en una dirección segura. En la cocina, además, son frecuentes los incidentes por salpicaduras de aceite o salsas muy calientes, así como cortes o pinchazos con cuchillos, tijeras u otros utensilios afilados.
En todas estas situaciones, si se produce un golpe, quemadura o irritación ocular, “es vital acudir a un especialista para valorar la gravedad del problema y pautar, en caso necesario, un tratamiento adecuado lo antes posible”, afirma el Dr. Fernández-Vega González.
Máxima vigilancia con niños, pirotecnia y juguetes
La pirotecnia sigue siendo protagonista en muchas casas durante la Navidad y el fin de año, pero su uso inadecuado supone un serio riesgo para la salud visual. Petardos, cohetes y fuegos artificiales pueden provocar desde quemaduras hasta contusiones oculares, especialmente en menores, que suelen manejar estos productos sin la experiencia ni la protección necesarias.
“Tanto adultos como niños deben usar la protección ocular adecuada (gafas de seguridad), se debe mantener en todo momento una distancia de seguridad y hacer uso de la pirotecnia en un lugar despejado, lejos de objetos que puedan provocar incendios o accidentes”, explica el doctor.
Los juguetes también requieren especial atención. Aquellos que incluyen piezas pequeñas, proyectiles, lanzadores, así como los juguetes teledirigidos o drones, pueden causar contusiones o daños en la córnea si impactan directamente en el ojo durante el juego.
“Es esencial que siempre, y en estas fechas más sobre todo, tomemos las precauciones adecuadas para evitar cualquier accidente ocular. Si se detectan síntomas en nuestros ojos como lagrimeo, dolor, disminución de visión o presencia de sangre, es crucial acudir cuanto antes a un profesional para que valore la situación y trate el traumatismo o lesión de la mejor forma posible”, concluye el doctor Fernández-Vega González.