María Mayán destaca el papel vital de los cribados en la lucha contra el cáncer tras ganar el VI Premio Zendal

María Mayán subraya la importancia de los cribados en cáncer para elevar las tasas de éxito en los tratamientos.

María Mayán en el laboratorio.ADRIAN IRAGO-EUROPA PRESS

La investigadora María Mayán, tras ser galardonada con el VI Premio Zendal, ha enfatizado la crucial importancia de los cribados para detectar a tiempo cualquier tipo de cáncer, elevando así las tasas de éxito en los tratamientos. En una entrevista con Europa Press, Mayán explicó que su proyecto, premiado por un grupo biofarmacéutico con base en O Porriño, Pontevedra, trata sobre el cáncer de mama triple negativo, una forma particularmente agresiva de la enfermedad, llevado a cabo por el equipo de CellCOM en el Centro de Investigación en Nanomateriales y Biomedicina (CINBIO) de la Universidade de Vigo.

Mayán resaltó la evolución de los tratamientos contra el cáncer en los últimos 30 años, incluyendo inmunoterapias y terapias dirigidas, pero insistió en la importancia de la detección temprana.

“Es muy importante que todo el mundo haga los cribados para cáncer de mama y para cualquier otro tipo de tumor. Es una oportunidad de vida para todo el mundo,” señaló la investigadora, quien subrayó que hacerse estas pruebas puede incrementar la probabilidad de éxito del 30% al 90% si el cáncer es detectado a tiempo.

El reconocimiento del Premio Zendal fue otorgado a su proyecto, que desarrolla una nueva estrategia terapéutica. Esta estrategia, aplicable también a otros tipos de cáncer, consiste en restaurar la proteína conexina43 mediante nanovesículas para mejorar la eficacia de los fármacos que interfieren en la reparación del ADN, como los inhibidores de PARP, evitando así la resistencia al tratamiento.

Describiendo su enfoque, Mayán comparó su terapia con la de la vacuna de la Covid-19, donde se utiliza el ARN mensajero para instruir a las células cancerígenas a sintetizar la proteína, transformándolas en un “caballo de Troya” que modifica genéticamente y combate su resistencia a los tratamientos.

La investigadora también comentó sobre la lentitud del proceso científico, que implica múltiples pruebas y errores. El proyecto, que comenzó hace más de seis años, ahora podrá avanzar en los ensayos preclínicos gracias a los 40.000 euros recibidos, permitiendo decidir sobre la administración y dosificación correctas.

Finalmente, Mayán agradeció a las empresas privadas que apoyan la investigación, destacando que este tipo de colaboraciones no solo beneficia económicamente a las empresas, sino que también aporta valor a la sociedad.

“Si funciona, al final es un win-win, todos ganamos. Porque ellos ganan su dinero y los royalties, es decir, lo que sale de ahí, pues también retorna en este caso al CINBIO y a la Universidade de Vigo,” concluyó.

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