En la temporada estival, se identifican el 80% de los casos de otitis externa, siendo la interacción frecuente con el agua un factor predominante en el aumento de estos episodios. De acuerdo con el otorrinolaringólogo de la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Jorge de Abajo, es crucial mantener una higiene adecuada del oído y limitar el contacto con ambientes húmedos para prevenir la enfermedad.
La otitis externa resulta de la inflamación del conducto auditivo externo, generalmente debido a una infección bacteriana vinculada a la humedad.
El tratamiento principal para esta afección incluye la administración de gotas antibióticas, aunque ‘en algunas ocasiones, la cera acumulada o la supuración del oído impiden que las gotas hagan efecto, por lo que es necesario realizar una limpieza del conducto auditivo bajo control microscópico en consulta’, detalla el doctor. Además, aunque algunos casos leves pueden mejorar sin intervención, ‘lo ideal’ es emplear antibióticos para evitar complicaciones, añade.
Finalmente, el experto desaconseja nadar en piscinas si se padece de otitis, ya que la humedad en el oído externo puede favorecer el crecimiento bacteriano y agravar o prolongar la infección. Por lo tanto, es recomendable evitar el contacto con el agua hasta que la enfermedad esté totalmente superada.