Un 91,4% de la población en España reconoce que no descansar suficiente empeora su bienestar general, revela el ‘Estudio Sanitas sobre la Salud del Sueño’. Este informe indica que la duración promedio del sueño en los ciudadanos es de tan solo 6,5 horas diarias, bastante inferior a las ocho horas sugeridas por los expertos.
A pesar de que un 61% de los participantes en la encuesta afirma que su sueño es satisfactorio, un 93,3% quisiera mejorar la calidad del mismo y un 84,4% desearía poder prolongar su duración. Los hombres y las personas con ingresos más altos suelen dormir entre 6 y 8 horas. La falta de sueño se asocia habitualmente con el estrés (51,7%), problemas económicos o familiares (34,1%) y el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de acostarse (30,7%).
«cada paciente con problemas de sueño necesita una valoración individualizada. No todos los casos de insomnio o somnolencia excesiva tienen el mismo origen, y por eso es fundamental un enfoque multidisciplinar que permita identificar la causa y aplicar el tratamiento más adecuado», señala Ventura Anciones, jefe de servicio de neurología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela y coordinador de la Unidad del Sueño.
El 86,7% de los encuestados experimenta despertares durante la noche, con más de la mitad despertándose varias veces, lo que afecta la calidad del sueño. Los síntomas más comunes de un descanso insuficiente incluyen fatiga diurna (78,2%), falta de energía (58%) y cambios de humor o irritabilidad (43,2%), siendo más notorios en mujeres y personas de 35 a 44 años.
El déficit de sueño a mediano y largo plazo puede derivar en mayores riesgos para la salud, según expertos. Los encuestados vinculan la falta de descanso con alteraciones del ánimo (61,9%), trastornos de ansiedad (54,8%) y una reducción del rendimiento en el ámbito académico o laboral (48,4%).
Para mejorar el sueño, muchos optan por mantener horarios regulares, cenar temprano y evitar dispositivos antes de dormir. No obstante, el 84,4% sigue usando pantallas justo antes de acostarse, especialmente los jóvenes de 18 a 34 años. Algunos españoles utilizan medicamentos para dormir, mientras que otros prefieren remedios naturales o establecer una rutina nocturna.
«El sueño no es simplemente un estado pasivo, sino un proceso activo y esencial que permite al cuerpo y al cerebro recuperarse, regular las emociones, consolidar la memoria y mantener el equilibrio metabólico», concluye el doctor Anciones. También subraya la importancia de consultar a un profesional ante trastornos del sueño prolongados que afecten la calidad de vida y el desempeño diario.










