Nueva investigación promete avances en el tratamiento de la incontinencia urinaria

Se ha descubierto que es posible interpretar la presión de la vejiga a través de la actividad en la médula espinal, lo que representa un avance importante para el desarrollo de tecnologías espinales personalizadas que podrían informar a los pacientes sobre la condición de su vejiga y así ayudarles a gestionar mejor su estado, según un estudio divulgado en ‘Nature Communications’ realizado por profesionales de la Escuela de Ingeniería Viterbi y la Escuela de Medicina Keck, ambas pertenecientes a la University of Southern California (EEUU).

La investigación estuvo liderada por Charles Liu, quien dirige el Centro de Neurorrestoración de la USC y es académico de ingeniería biomédica en la USC Viterbi, junto con Vasileios Christopoulos, profesor asistente en el Departamento de Ingeniería Biomédica Alfred E. Mann.

Entre los principales colaboradores del estudio se encuentran Kofi Agyeman, investigador postdoctoral en ingeniería biomédica, y Darrin Lee, director asociado del Centro de Neurorrestoración y también vinculado a la ingeniería biomédica en la USC. Evgeniy Kreydin del Centro Nacional de Rehabilitación Rancho Los Amigos y el Instituto de Urología de la USC también contribuyó de manera significativa.

DESCUBRIMIENTOS CLAVE

«Este es el primer estudio que demuestra que existen áreas de la médula espinal donde la actividad se correlaciona con la presión dentro de la vejiga», declaró Christopoulos. La investigación detalla que es posible monitorear la actividad en estas áreas específicas para determinar la fase del ciclo vesical, indicando cuán llena está la vejiga y si está próxima a liberar orina.

Christopoulos añadió que los experimentos revelaron que ciertas zonas de la médula espinal tienen una correlación positiva, donde la actividad aumenta con la presión de la vejiga, mientras que otras áreas muestran una correlación negativa, donde la actividad disminuye con el aumento de la presión, lo que sugiere la activación de redes tanto excitatorias como inhibitorias en el control de la vejiga.

«Es un problema muy deshumanizante de abordar», comentó Christopoulos sobre la disfunción urinaria, señalando que frecuentemente conduce a complicaciones mentales y aumenta el riesgo de infecciones del tracto urinario debido al uso de sondas, lo que puede llevar a hospitalizaciones si no se detectan a tiempo.

PROCEDIMIENTO DEL ESTUDIO

El equipo de la USC superó los desafíos de estudiar la médula espinal mediante el uso de ecografía funcional (fUSI), una técnica de neuroimagen mínimamente invasiva. Durante la implantación de un estimulador para dolor lumbar, crearon una ventana en el hueso que permitió insertar electrodos y obtener imágenes de la médula espinal de forma segura, según explicó Darrin Lee, quien llevó a cabo las intervenciones.

«Fue sumamente emocionante trasladar los datos directamente del escáner fUSI en el quirófano al laboratorio, donde las técnicas avanzadas de ciencia de datos revelaron rápidamente resultados nunca antes vistos», expresó Kofi Agyeman. Este estudio representa un avance significativo en la neurorrestauración del sistema genitourinario, abriendo nuevas posibilidades para tratamientos de medicina de precisión que combinen diferentes modalidades terapéuticas para beneficiar a millones de pacientes a nivel mundial.

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