Una investigación reciente, liderada por la Fundación Renal Española con la colaboración del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), ha descubierto una nueva estrategia para reducir el impacto ambiental derivado de la diálisis.
La diálisis, esencial para tratar la enfermedad renal crónica, realiza la función de los riñones filtrando la sangre y eliminando toxinas y exceso de líquidos. No obstante, este procedimiento tiene un significativo impacto ecológico, especialmente preocupante dado el incremento en la demanda proyectado para los próximos años.
Recientemente, un estudio publicado en la ‘American Journal of Kidney Diseases’ demuestra que el uso de tanques de almacenamiento y la administración centralizada de concentrado ácido en el dializado reducen este impacto. ‘La elección del recipiente para el concentrado ácido del dializado se asocia con un impacto ambiental diferencial, identificando un enfoque clave para reducir la huella de la terapia de reemplazo renal en el medioambiente’, concluye el estudio.
Los investigadores realizaron un estudio de análisis del ciclo de vida de diferentes contenedores de concentrado ácido en 15 centros de hemodiálisis, abarcando aproximadamente el 5 por ciento de la población nacional en hemodiálisis. Evaluar la huella de carbono y 16 impactos ambientales adicionales, incluyendo producción, transporte y eliminación de residuos, fue parte del análisis.
LA DIFERENCIA EQUIVALE A 682 VUELOS LONDRES-NUEVA YORK
Se descubrió que el uso de ciertos contenedores aumenta la huella de carbono hasta 1,63 veces en comparación con bolsas flexibles, y 2,63 veces en comparación con los tanques de almacenamiento, que mostraron el impacto más bajo. ‘La diferencia entre utilizar la opción con mayor huella de carbono, frente a la de menor impacto ambiental en la población de estudio durante un año, equivale nada menos que a volar desde Londres a Nueva York 682 veces’, destacan Rodrigo Martínez y Alberto Ortiz, líderes del estudio.
‘Este trabajo no se queda solo en un ejercicio académico, sino que aporta evidencia para orientar una práctica más sostenible en los centros de diálisis’, señaló Mª Dolores Arenas, directora asistencial de la Fundación Renal Española.









