El médico Carlos Balmori, especializado en urología y tratamientos de infertilidad masculina en Ginefiv, destaca que las recientes innovaciones en reproducción asistida permiten rescatar espermatozoides en gran parte de los afectados por azoospermia, situación definida por la falta completa de espermatozoides en el semen.
«Hace solo una década, la azoospermia suponía renunciar a la posibilidad de tener hijos biológicos. Hoy, gracias a técnicas como la biopsia testicular convencional (TESE) y a la Microbiopsia testicular (MicroTESE), podemos recuperar espermatozoides viables en la mayoría de los casos de azoospermia obstructiva y en un 30-60 por ciento de los casos con azoospermia secretora», ha afirmado Balmori.
Balmori explica que existen dos variantes de azoospermia: una obstructiva, causada por bloqueos o anomalías en el sistema urogenital, y una secretora o no obstructiva, relacionada con deficiencias en la producción espermática testicular. Esta última, que puede ser innata o desarrollarse con el tiempo, a menudo se debe a factores hormonales, infecciones anteriores o tratamientos médicos intensos.
El tratamiento hormonal es generalmente el primer enfoque en estos casos, aunque técnicas de extracción espermática se consideran siempre que se encuentren espermatozoides viables.
«Aunque los gametos masculinos extraídos suelen ser escasos, pueden emplearse en técnicas de reproducción asistida como la Fecundación ‘in vitro’ y la Fecundación ‘in vitro’ con inyección intracitoplasmática de espermatozoides (FIV-ICSI)», ha añadido.
Además, Balmori enfatiza la relevancia de conservar la fertilidad masculina ante la disminución en la calidad del semen. También resalta la importancia del seminograma para detectar azoospermia y otros problemas que usualmente no manifiestan síntomas claros.
La criopreservación de semen se presenta como una estrategia crucial, especialmente para quienes enfrentan tratamientos médicos intensivos o cirugías testiculares. Este procedimiento garantiza la preservación de la calidad y viabilidad del semen por años, siendo crucial en casos de azoospermia secundaria para futuras oportunidades reproductivas.