Nuevos descubrimientos en la articulación de la mano potencian el diagnóstico temprano de artritis reumatoide

Un grupo de investigadores del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y de la Universidad Complutense de Madrid ha realizado un descubrimiento clave sobre las estructuras internas de la articulación de la mano, lo cual podría facilitar el diagnóstico temprano de la artritis reumatoide.

El trabajo, difundido en la revista ‘Ultraschall in der Medizin’, ha empleado técnicas avanzadas como la ecografía de alta frecuencia junto con disección en cadáveres, análisis histológicos e inmunohistoquímicos, y pruebas en individuos sanos. Este enfoque integral ha permitido profundizar en el conocimiento de la articulación metacarpofalángica, crucial para conectar los metacarpos con las falanges proximales.

‘Se identificaron con precisión estructuras internas que antes se confundían o simplemente no se visualizaban’, comentó Esperanza Naredo, reumatóloga del hospital mencionado.

Estas observaciones pueden aclarar las áreas de inflamación peritendinosa comúnmente vistas en la artritis reumatoide y psoriásica, abriendo nuevas vías para investigaciones patogénicas y terapéuticas. ‘Si entendemos mejor la morfología y composición tisular de la articulación, seremos más precisos al detectar inflamaciones tempranas o cambios patológicos sutiles que preceden a una artritis declarada’, agregó Naredo.

Además, se ha descubierto que la placa dorsal carece de condrocitos, por lo que ‘descarta’ su clasificación como fibrocartílago, aunque muestra un revestimiento celular con características fibroblásticas. ‘Esto puede contribuir a diferenciar entre estructuras sinoviales y no sinoviales durante fases preclínicas de artritis, lo cual podría usarse como marcador de inflamación temprana’, enfatizó Naredo.

Jorge Murillo-González de la UCM y otros colegas, destacan el papel del mesotenon, un tejido previamente debatido, que se revela como estabilizador esencial y posible participante en las fases iniciales de inflamación articular. ‘El mesotenon no solo existe, sino que parece jugar un papel estabilizador clave y podría estar implicado en las fases más tempranas de inflamación articular’, expuso José Ramón Mérida-Velasco. María del Carmen Barrio-Asensio también señaló que estructuras como la placa dorsal están compuestas predominantemente por colágeno tipo I, lo que redefine su función biomecánica y sugiere patrones vasculares que podrían ser claves para el diagnóstico.

El estudio también contó con la participación de expertos de la Universidad Autónoma de Madrid, así como de los hospitales universitarios de Móstoles y Ramón y Cajal.

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