La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho hincapié este miércoles en la ausencia de pruebas científicas que respalden cualquier conexión entre el consumo de paracetamol durante el embarazo o la administración de vacunas infantiles y el desarrollo de autismo en los niños, como ha insinuado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Si bien la concienciación y el diagnóstico han mejorado en los últimos años, no se han establecido las causas exactas del autismo, y se entiende que existen múltiples factores que pueden estar involucrados. Durante la última década se han realizado numerosas investigaciones, incluyendo estudios a gran escala, para analizar la relación entre el uso de acetaminofén (paracetamol) durante el embarazo y el autismo. Hasta el momento, no se ha establecido una asociación consistente”, ha señalado la OMS en un comunicado.
Por esta razón, la entidad ha aconsejado que todas las mujeres consulten a sus médicos o profesionales de la salud, quienes pueden evaluar cada caso de manera personalizada y recomendar los medicamentos apropiados.
Igualmente, ha recordado que cualquier medicamento debe ser administrado con precaución durante el embarazo, especialmente en los primeros tres meses, siguiendo siempre las indicaciones de los profesionales de la salud.
Además, la OMS ha refutado las afirmaciones de la Administración Trump sobre la relación entre las vacunas infantiles y el autismo, destacando que hay una “sólida y extensa” base de evidencia de estudios de alta calidad que demuestran que estas no provocan autismo.
“Los estudios originales que sugerían una relación eran erróneos y han sido desacreditados. Desde 1999, expertos independientes que asesoran a la OMS han confirmado repetidamente que las vacunas, incluidas las que contienen tiomersal o aluminio, no causan autismo ni otros trastornos del desarrollo”, ha añadido.
La OMS ha explicado que los calendarios de vacunación infantil se desarrollan a través de un proceso “minucioso, exhaustivo y basado en la evidencia”, con la participación de expertos globales y los países, logrando salvar unas 154 millones de vidas en los últimos 50 años gracias a su constante evolución, y que siguen siendo “esencial” para la salud y el bienestar de los menores y las comunidades.
Tras esto, ha subrayado que cada recomendación del Grupo Asesor Estratégico de Expertos sobre Inmunización (SAGE) se fundamenta en una revisión rigurosa de la evidencia, y que estos calendarios están “cuidadosamente” diseñados para ofrecer la mejor protección contra enfermedades graves y administrarse cuando más se necesita.
“Cuando los calendarios de vacunación se retrasan, se interrumpen o se modifican sin una revisión de la evidencia, aumenta considerablemente el riesgo de infección, no solo para el niño, sino también para la comunidad en general”, ha insistido la OMS.
Por último, ha manifestado que los bebés demasiado pequeños para ser vacunados y las personas con sistemas inmunitarios debilitados o afecciones subyacentes son los que corren un “mayor riesgo”.











