El Comité Asesor Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS, por sus siglas en inglés), órgano encargado de asesorar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en materia de inmunización, ha ratificado tras un nuevo análisis de la literatura científica que no hay relación causal entre las vacunas y los trastornos del espectro autista (TEA).
Tal y como ha detallado la OMS en un comunicado, la última revisión, debatida por el Comité el pasado 27 de noviembre, ha analizado de forma específica la posible relación entre las vacunas que incorporan tiomersal y el TEA, la asociación general entre cualquier vacuna y el TEA, así como los eventuales riesgos para la salud vinculados a las vacunas que incluyen adyuvantes de aluminio.
Para estudiar la posible conexión entre las vacunas con tiomersal y el TEA, el GACVS ha tomado como referencia 31 estudios publicados entre enero de 2010 y agosto de 2025, con información procedente de distintos países. Según subraya el organismo, estos trabajos respaldan de manera sólida el perfil de seguridad de las vacunas administradas en la infancia y durante el embarazo, y confirman la ausencia de una relación causal con el TEA.
En cuanto a los potenciales riesgos de las vacunas que contienen aluminio, el Comité ha revisado investigaciones realizadas entre 1999 y marzo de 2023, junto con un reciente estudio de cohorte de gran tamaño basado en registros nacionales de menores nacidos en Dinamarca entre 1997 y 2018. A partir de esta evidencia, el GACVS concluye que los datos disponibles, de alta calidad, no muestran ninguna asociación entre las pequeñas cantidades de aluminio presentes en determinadas vacunas y el TEA, lo que avala el mantenimiento del uso de vacunas con adyuvantes de aluminio.
Tras esta evaluación, el Comité ha vuelto a respaldar sus dictámenes previos de 2002, 2004 y 2012, insistiendo en que las vacunas, incluidas aquellas que contienen timerosal y/o aluminio, no causan autismo.
La OMS insta a todas las autoridades sanitarias nacionales a fundamentar sus decisiones en los avances científicos más recientes y a asegurar que las estrategias de vacunación se apoyen en la mejor evidencia disponible. En este sentido, remarca que las campañas globales de inmunización infantil constituyen uno de los mayores hitos en la mejora de la salud, las condiciones de vida y el bienestar económico de las poblaciones. En los últimos 50 años, los programas de vacunación infantil han permitido salvar al menos 154 millones de vidas.










