La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamado a los gobiernos y asociados para que aceleren ‘urgentemente’ la erradicación de la hepatitis viral como peligro para la salud pública, recordando que es responsable de más de 1,3 millones de muertes anuales.
‘Cada 30 segundos, una persona muere a causa de una enfermedad hepática grave relacionada con la hepatitis o de un cáncer de hígado. Sin embargo, disponemos de las herramientas necesarias para detener la hepatitis’, ha afirmado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el contexto del Día Mundial contra la Hepatitis.
De acuerdo con la OMS, los tipos virales de hepatitis (A, B, C, D y E) son principales agentes de infección hepática aguda. Entre estas, solo las hepatitis B, C y D generan infecciones crónicas que pueden desencadenar cirrosis, fallo hepático o cáncer de hígado. A pesar de esto, la mayoría de los afectados por hepatitis desconocen su condición.
Los tipos B, C y D impactan a más de 300 millones de personas globalmente y son causantes de más de 1,3 millones de muertes anualmente, principalmente por cirrosis hepática y cáncer.
Recientemente, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado la hepatitis D como carcinógena para los humanos, al igual que las hepatitis B y C. La hepatitis D, que afecta solamente a individuos con hepatitis B, se relaciona con un riesgo de dos a seis veces mayor de desarrollar cáncer de hígado comparado con la hepatitis B sola. Para la OMS, esta reclasificación es crucial para los esfuerzos globales de sensibilización y mejora del diagnóstico y acceso a tratamientos innovadores para la hepatitis D.
‘La OMS ha publicado directrices sobre las pruebas y el diagnóstico de la hepatitis B y D en 2024, y está siguiendo activamente los resultados clínicos de los tratamientos innovadores para la hepatitis D’, ha declarado la nueva directora de Ciencia para la Salud de la OMS, Meg Doherty.
El tratamiento mediante fármacos orales puede curar la hepatitis C en dos a tres meses y controlar efectivamente la hepatitis B con terapia de por vida. Las opciones terapéuticas para la hepatitis D están en desarrollo. No obstante, la OMS afirma que solo se maximizarán los beneficios de reducción de cirrosis y muertes por cáncer si se toman medidas urgentes para expandir e integrar los servicios de hepatitis, incluyendo vacunación, pruebas, reducción de daños y tratamiento, en los sistemas de salud nacionales.
ÚLTIMOS DATOS Y AVANCES
La OMS destaca que es esperanzador que la mayoría de los países de ingresos bajos y medios cuenten con planes estratégicos contra la hepatitis y que los avances en las respuestas nacionales a esta enfermedad estén en aumento.
Así, en 2025, el número de países que informaron sobre planes de acción nacionales contra la hepatitis aumentó de 59 a 123; en 2025, 129 países habían adoptado políticas para la realización de pruebas de hepatitis B entre las mujeres embarazadas, frente a los 106 que lo habían hecho en 2024, y 147 países habían introducido la vacuna contra la hepatitis B en el momento del nacimiento, lo que supone un aumento con respecto a los 138 de 2022.
La OMS también advierte que continúan existiendo importantes deficiencias en la cobertura de los servicios y los resultados, tal y como se indica en el Informe mundial sobre la hepatitis 2024. De este modo, la cobertura de las pruebas y el tratamiento sigue siendo muy baja; solo el 13 por ciento de las personas con hepatitis B y el 36 por ciento con hepatitis C habían sido diagnosticadas en 2022.
Además, las tasas de tratamiento eran aún más bajas: el 3 por ciento para la hepatitis B y el 20 por ciento para la hepatitis C, muy por debajo de los objetivos para 2025, que eran del 60 por ciento de personas diagnosticadas y del 50 por ciento de personas tratadas.
La OMS también señala que la integración de los servicios relacionados con la hepatitis sigue siendo desigual: 80 países han incorporado los servicios relacionados con la hepatitis en la atención primaria de salud; 128, en los programas sobre el VIH, y solo 27 han integrado los servicios relacionados con la hepatitis C en los centros de reducción de daños.
El próximo desafío será ampliar la cobertura de la prevención, las pruebas y el tratamiento. Alcanzar los objetivos de la OMS para 2030 podría salvar 2,8 millones de vidas y prevenir 9,8 millones de nuevas infecciones. ‘Ante la disminución del apoyo de los donantes, los países deben dar prioridad a la inversión nacional, los servicios integrados, la mejora de los datos, los medicamentos asequibles y el fin del estigma’, concluye la OMS.