El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha solicitado a los gobiernos de todo el mundo que traten los cigarrillos electrónicos, las bolsitas de nicotina, el tabaco calentado y el tabaco sin humo con las mismas regulaciones que se aplican al tabaco tradicional.
“Aunque los cigarrillos electrónicos se promocionan a menudo como alternativas más seguras a los productos de tabaco convencionales, no hay pruebas de que aporten un beneficio neto a la salud pública, sino que hay cada vez más pruebas de su daño”, subrayó Adhanom en una conferencia de prensa virtual este miércoles.
Adhanom ha destacado que la venta de estos productos como ‘reducción de daños’ por parte de la industria tabacalera busca principalmente “generar beneficios para sus accionistas”. El director general ha reiterado la postura de la OMS respecto al control del tabaco y las estrategias de ‘reducción de daños’, presentada en un reciente documento del organismo. Este anuncio ocurre poco antes de la 11ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, que se celebrará del 17 al 22 de noviembre en Ginebra, Suiza.
En referencia a los esfuerzos de la industria tabacalera para influir en la conferencia, Adhanom ha alertado sobre sus intentos de “infiltrarse” y “socavar su labor”. “Desde la entrada en vigor del CMCT, el consumo de tabaco ha disminuido en un tercio a nivel mundial, a pesar de los esfuerzos de la industria tabacalera por socavarlo”, explicó.
El director también ha aplaudido a los países que están avanzando hacia la prohibición de los nuevos productos del tabaco y ha enfatizado la necesidad de implementar controles rigurosos que protejan especialmente a los niños. Además, ha alentado a los gobiernos a incrementar sus esfuerzos en asesoramiento y apoyo para dejar de fumar.
PRESIÓN DE LA INDUSTRIA TABACALERA
Benn Mcgrady, jefe de la Unidad de Legislación y Políticas de Salud Pública, ha denunciado la “presión política frenética” que ejerce la industria tabacalera en relación con la ‘reducción de daños’. “La industria se centra especialmente en intentar sembrar la división y difundir la idea de que estas nuevas categorías de productos son productos de menor daño. Pero la realidad es que estos productos se comercializan como productos de consumo para el público en general. Y, como ya he dicho, tienen sabores dulces, colores vivos y características que resultan especialmente atractivas para los niños y los jóvenes. Esto no es reducir los daños para la salud pública”, aseveró Mcgrady.
Mcgrady también ha defendido la regulación estricta de estos nuevos productos, incluyendo advertencias sanitarias, impuestos, y la prohibición de publicidad, promoción y patrocinio para todas las categorías de productos. Asimismo, ha mencionado el uso de las redes sociales por parte de las tabacaleras para promover estos productos, captando la atención de niños y jóvenes e introduciéndoles en el mercado. “Por lo tanto, no es de extrañar que nosotros adoptemos un enfoque muy firme a la hora de legislar para prohibir esto, supervisar lo que hay en Internet y hacer cumplir esas restricciones”, concluyó.










