Profesionales de la salud destacan la importancia de la deprescripción cuidadosa en pacientes con múltiples medicaciones

Especialistas enfatizan la necesidad de deprescribir medicamentos con precaución en pacientes polimedicados con condiciones complejas.

La doctora Elena Díaz, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, subraya la necesidad de una deprescripción segura en aquellos pacientes que consumen cinco o más fármacos diarios durante seis meses al año, enfrentando situaciones clínicas complejas. Esta práctica, según Díaz, representa uno de los principales retos en la actualidad y debe efectuarse con meticulosidad.

“Son clave por tener una visión longitudinal, integral y conocedora de la familia y el sistema de cuidados y de soporte del paciente. Revisar periódicamente el tratamiento es una herramienta con alto valor clínico que también puede ser realizada en conjunto con el equipo de enfermería”, destacó Díaz en el congreso anual de la semFYC en Madrid.

Además, Díaz aclara que la deprescripción no implica simplemente eliminar medicamentos, sino asegurarse de que cada tratamiento aporte más beneficios que riesgos, considerando la situación particular de cada paciente. “Para ayudar a deprescribir con seguridad en consulta, es fundamental conocer la historia de vida del paciente, así como su relación con la patología y sus preferencias”, añadió.

El panorama de la polimedicación en España

Según datos de la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria (BDCAP), para 2024, el 35,2% de los españoles toma al menos un medicamento de manera regular. De este grupo, el 8,4% se encuentra en situación de polimedicación, con un 7,4% que toma entre cinco y nueve fármacos y un 0,9% que consume diez o más, lo que equivale a casi uno de cada cien ciudadanos.

Sandra Pérez Santos, también especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, señala los riesgos asociados a la polimedicación: “cuanto mayor es el número de fármacos que se toman existe un mayor riesgo de interacciones, efectos adversos y fallos en su administración. Además, también conllevan una menor adherencia al tratamiento”.

Pérez advierte sobre la cascada terapéutica, que se desencadena por un evento adverso relacionado con un fármaco y conduce a la prescripción de otro tratamiento para gestionar dicho efecto, aumentando así los eventos adversos y las interacciones farmacológicas. “Se pierde la visión global del paciente y el seguimiento del mismo, pudiendo producir reacciones adversas perjudiciales para el paciente. El hecho de que haya múltiples prescriptores también puede contribuir a la prescripción en cascada”, concluye Pérez.

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