Próximamente, un equipo de la Universidad Case de la Reserva Occidental en Estados Unidos iniciará un estudio clínico con 12 individuos que han sufrido amputaciones de extremidades superiores, utilizando una prótesis de mano que busca restablecer la percepción táctil.
Este ensayo clínico tiene como finalidad evaluar las prótesis de brazos y manos convencionales en comparación con las prótesis sensoriales controladas por señales neuronales, las cuales han sido desarrolladas por la institución desde 2015.
Con el apoyo financiero de casi 9 millones de euros por parte del Programa de Investigación Médica Dirigido por el Congreso del Departamento de Defensa de los EE.UU., los investigadores de la Universidad Case y el Centro Médico Louis Stokes Cleveland del Departamento de Asuntos de Veteranos están listos para ejecutar el estudio.
«Las personas con pérdida de miembros superiores merecen disponer de mejores tecnologías que puedan mejorar sus vidas», declaró Emily Graczyk, quien es profesora adjunta de ingeniería biomédica en la Escuela de Ingeniería y la Facultad de Medicina de Case, y lidera la investigación.
La prótesis, denominada ‘iSens’, se basa en un sistema de neuroestimulación y detección somatosensorial eléctrica implantado, empleando electrodos en el brazo que captan movimientos musculares para manejar la mano y estimular los nervios, transmitiendo sensaciones táctiles desde la prótesis hasta el cerebro mediante un controlador neural implantado que se comunica con la prótesis usando ‘Bluetooth’.
Este avance fue presentado en un episodio del programa ’60 Minutes’ en 2023. La inscripción de participantes está programada para comenzar a inicios del año próximo.
«Esta importante financiación nos permite completar este ensayo clínico, que en esta fase no necesariamente obtendría inversión de capital riesgo», indicó Dustin Tyler, profesor Arthur S. Holden de ingeniería biomédica y co-investigador del estudio. «Esta subvención nos permitirá eliminar una gran barrera para la traslación», agregó.
Originalmente, la universidad recibió una subvención de cerca de 12 millones de dólares por ocho años, hasta 2023, de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) para el desarrollo de la neuroprótesis. Tyler y Graczyk han sido los pioneros en la tecnología y las técnicas de estimulación que han logrado transmitir señales sensoriales desde la mano protésica a través de implantes neuronales en el brazo del sujeto.
«Tener el sentido del tacto mejora muchos aspectos diferentes relacionados con la calidad de vida. Incluido el sentido de conexión con los seres queridos, la autosuficiencia, la autoimagen y la interacción social», explicó Graczyk.
El estudio, que durará cuatro años, contará con la participación de una docena de individuos con amputaciones en las extremidades superiores que usan prótesis. Se dividirá en tres fases, y cada participante las completará en aproximadamente 18 meses.
«Esperamos que nuestra neuroprótesis mejore la vida de las personas con amputaciones, pero no sabemos si el factor más importante será la mejora de la sensibilidad, la mejora del control o ambas cosas», concluyó Graczyk.