En un reciente movimiento en el Congreso de los Diputados, el PSOE ha presentado una proposición no de ley (PNL) solicitando que el sueño de niños y adolescentes sea considerado una ‘prioridad’ dentro de las políticas de salud pública, buscando asegurar el bienestar de los menores tanto ahora como en el futuro.
‘La evidencia científica indica que la falta de sueño en niños y adolescentes perjudica el desarrollo cognitivo, aumenta el riesgo de obesidad, empeora el rendimiento escolar y afecta el equilibrio emocional’, declara el documento propuesto para discusión en la Comisión de Juventud e Infancia de la Cámara Baja.
Los representantes del PSOE destacan un ‘deterioro preocupante del descanso en la infancia’, apoyándose en información de organizaciones como la Alianza por el Sueño y la Sociedad Española de Sueño, entre otras. Se estima que tres de cada 10 niños de entre seis meses y cinco años tienen trastornos de sueño, y un 83% usa dispositivos electrónicos en la cama, lo que posterga su hora de dormir en promedio una hora.
Este problema es aún más grave en niños de entornos socioeconómicos desfavorecidos, donde más de la mitad (58%) experimenta un sueño de baja calidad, impactando directamente su salud y bienestar emocional.
Según el PSOE, la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, sobre la protección integral de la infancia y adolescencia contra la violencia, crea un marco legal para el buen trato y bienestar de niños y adolescentes. ‘Fomentar un entorno que favorezca el descanso adecuado es parte de un buen trato y es, además, condición necesaria para lograr el bienestar de la infancia. Esta ley garantiza una atención integral que abarca aspectos físicos, psíquicos y emocionales’, enfatizan.
En este marco, el partido insta a colaborar con las comunidades autónomas, profesionales de la salud y organizaciones de pacientes para enfrentar los trastornos del sueño y promover hábitos de descanso saludables en menores, como parte de las estrategias del Ministerio de Sanidad. Además, proponen medidas como la formación de profesionales del Sistema Nacional de Salud en trastornos del sueño, la creación de protocolos de detección y campañas de sensibilización, así como la inclusión de la educación del sueño en el currículo escolar y la promoción de investigaciones sobre la relación entre la falta de sueño y los determinantes sociales de la salud en infancias vulnerables.













