El ámbito biofarmacéutico en Europa ha destinado más de 52.000 millones de euros en investigación y desarrollo (I+D), proporciona empleo a 950.000 personas, genera productos por un valor de 440.000 millones y sus exportaciones superan los 700.000 millones, de acuerdo con el informe más reciente ‘The Pharmaceutical Industry in Figures 2025’ elaborado por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), citado por Framaindustria.
El documento destaca que este sector es el de mayor valor añadido por empleado en alta tecnología, además de tener la mayor tasa de inversión en I+D en relación a sus ingresos por ventas netas, actualmente en el 13,5%.
Además, se resalta que la industria farmacéutica es un significativo generador de empleos indirectos, con tres puestos por cada uno directo, muchos de ellos de alta cualificación y vinculados al ámbito académico y científico, lo que ayuda a evitar la fuga de talentos en Europa, según indica el informe.
El año anterior, China superó por primera vez a Estados Unidos y Europa en el lanzamiento de nuevos principios activos al mercado, con 28 nuevas moléculas de empresas chinas, frente a 25 de EE.UU. y 18 de Europa.
«La industria farmacéutica es un pilar estratégico para Europa, como reconoce el Informe Draghi, y necesita un marco comercial estable que impulse la inversión y el desarrollo de nuevos tratamientos», enfatiza Icíar Sanz de Madrid, directora del Departamento Internacional de Farmaindustria.
«La inestabilidad derivada por la guerra arancelaria y las presiones económicas de la Administración Trump impactan en un contexto internacional muy tenso para la industria farmacéutica, con la inflación derivada de la guerra de Ucrania, que supuso más de 1.500 millones de euros de sobrecoste en solo 2 años, o la incertidumbre creada por la revisión de la legislación farmacéutica europea o las nuevas regulaciones medioambientales», añade.
PROPUESTAS PARA RECUPERAR COMPETITIVIDAD EN LA UE
Para Farmaindustria, fortalecer la propiedad intelectual, facilitar el acceso a la innovación para pacientes, reducir las barreras regulatorias y aumentar los incentivos a la investigación biomédica son claves para promover la inversión en la UE.
«Con una clara apuesta por la innovación y su impacto económico y estratégico, estaríamos atrayendo inversión hacia Europa de manera positiva y constructiva. Solo así podremos liderar nuevamente en innovación biofarmacéutica y superar las ventajas de otras regiones», propone Sanz de Madrid.
El reto para las próximas décadas no es si la innovación biomédica sucederá, sino dónde y cómo los pacientes europeos se beneficiarán de ella. El compromiso del sector es evidente, como demuestran las últimas cifras de Efpia; no impulsarlo podría afectar directamente al bienestar en la UE.
«En una industria altamente regulada, nuestro éxito como sector estratégico, capaz de ofrecer un futuro más saludable, resiliente y próspero para Europa y España, depende en gran medida de que las iniciativas legislativas y normativas nos permitan enfrentar los desafíos en acceso a la innovación, la I+D y la producción y autonomía estratégica», señala la portavoz de Farmaindustria.