La Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), que incluye a Farmaindustria, ha recibido «con satisfacción» la postura del Consejo de la Unión Europea respecto a la Ley de Medicamentos Críticos, aunque ha expresado la necesidad de especificar mejor los medicamentos de interés común, enfocándose únicamente en situaciones evidentes de fallos de mercado.
Efpia considera este avance como «un paso importante» para fortalecer la seguridad, disponibilidad y accesibilidad de los medicamentos en Europa. Ha enfatizado que la legislación debe ser «proporcionada» y esquivar mecanismos extensos que podrían diluir los esfuerzos y confundir las líneas entre problemas de suministro y desafíos más amplios de acceso a medicamentos.
«La Ley de Medicamentos Críticos es una oportunidad para mejorar la seguridad del suministro y el acceso de los pacientes en toda Europa. La industria apoya plenamente estos objetivos, siempre que las medidas sean específicas, pragmáticas y viables. La capacidad de Europa para garantizar los medicamentos que necesitan los pacientes depende de un entorno competitivo en el que puedan prosperar la innovación y la fabricación farmacéuticas», declaró Nathalie Moll, directora general de Efpia.
En su análisis, Efpia ve en la compra conjunta de medicamentos una posibilidad para mejorar la disponibilidad bajo ciertas condiciones, como emergencias sanitarias y fallos comprobables del mercado. Ha subrayado que esta compra debe ser voluntaria, orientada a apoyar y no complicar la previsibilidad del suministro, proteger la confidencialidad de los precios, recompensar la calidad y la innovación, y permitir que los procesos nacionales avancen en paralelo sin retrasos.
Respecto a los criterios de contratación pública, Efpia valora positivamente que se prioricen aspectos como la ‘resiliencia’ y la ‘seguridad del suministro’ sobre el precio, pero advierte que debe enfocarse en medicamentos críticos con vulnerabilidades demostradas y evitar preferencias que puedan fragmentar las cadenas de suministro globales, violar compromisos internacionales de la UE y reducir la competitividad europea.
Finalmente, la industria critica que las propuestas del Consejo sobre los stocks de seguridad y la armonización de reservas nacionales son insuficientes. Aboga por normas más coherentes a nivel europeo, limitadas a medicamentos críticos con vulnerabilidades demostrables en la cadena de suministro.











