El Grupo de Trabajo de Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha resaltado los severos efectos que los desastres naturales pueden tener sobre la salud mental, destacando que las inundaciones pueden dejar secuelas psicológicas por hasta tres años.
En el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, la SEE ha enfatizado que situaciones de emergencia sanitaria y catástrofes como erupciones volcánicas o terremotos, impactan significativamente tanto la salud mental individual como colectiva.
Después de eventos como la dana de Valencia, es común observar un incremento en los casos de trastornos por estrés postraumático y ansiedad, en particular entre las personas que han sufrido pérdidas significativas. Los efectos de daños materiales, problemas económicos, interrupciones en la rutina diaria y las complicaciones con seguros son factores que influyen directamente en el bienestar mental y deben ser considerados en las respuestas a emergencias.
Por ello, la SEE sugiere que los planes de emergencia y los servicios sanitarios y sociales consulten a especialistas en salud mental y salud pública para garantizar que el cuidado psicológico sea parte integral de la gestión de desastres. Asimismo, recomienda la inclusión de trastornos mentales y del comportamiento en los sistemas de vigilancia de la Salud Pública.
Para reducir el impacto de las inundaciones y otros eventos climáticos adversos sobre la salud mental, la SEE aboga por una coordinación efectiva entre distintos sectores para facilitar una rápida reconstrucción y minimizar los estresores secundarios. Promueve también un modelo de atención socio-sanitaria que va desde el apoyo comunitario hasta los servicios especializados en salud mental, y subraya la importancia de mantener estrategias preventivas y terapéuticas que alivien el impacto psicológico en los afectados, asegurando soporte continuo a medio y largo plazo.