La Comisión de Medicina Basada en la Evidencia de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEMEDLAB) ha solicitado una aplicación meditada y fundamentada en la utilidad clínica de pruebas genéticas y marcadores como la vitamina D y el PSA (Antígeno Prostático Específico) en la detección del cáncer de próstata.
Durante el curso de ‘Gestión de la demanda en el laboratorio clínico’, organizado por la Academia SEMEDLAB, el presidente de la Comisión, el doctor Miguel Angel Castaño López, enfatizó en la necesidad de “no hacer aquellas pruebas que son innecesarias o no aportan nada al clínico, bien porque se piden antes de tiempo y no reflejan la situación del paciente o bien porque existen otras pruebas mejores que las han dejado obsoletas”.
CRIBADO BASADO EN PSA
El doctor Xavier Filella Pla, miembro de la Comisión, destacó que los metaanálisis analizados muestran “diferencias importantes en la intensidad y frecuencia del cribado, incluyendo estudios con una única medición de PSA y otros con varias rondas”. Además, señaló que la mayoría de estudios tienen un seguimiento de diez años o menos, periodo considerado insuficiente cuando “hay acuerdo en considerar inadecuado practicar el cribado en hombres con una esperanza de vida menor a los 10-15 años debido a la lenta evolución del cáncer de próstata”. Filella recalcó que la realización indiscriminada de pruebas de PSA ha resultado en el diagnóstico frecuente de tumores no agresivos, “pero que se terminan tratando sin que realmente dicho tratamiento fuera necesario”. Subrayó las consecuencias del diagnóstico y tratamiento de un tumor clínicamente no significativo, incluyendo las complicaciones derivadas de la biopsia y del tratamiento, como impotencia e incontinencia urinaria. Destacó que la resonancia magnética multiparamétrica ha sido fundamental para mejorar la detección y clasificación del riesgo del cáncer de próstata.