La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha emitido una advertencia sobre los peligros que el humo de los incendios forestales representa para la salud, especialmente para los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y quienes padecen de afecciones respiratorias o cardiovasculares.
La entidad expresa su preocupación por los recientes incendios en Ourense, León y Zamora, y otros lugares de la península, destacando que estos siniestros han causado las mayores emisiones de carbono en España desde 2003, lo que coloca a la nación en una situación especialmente grave.
El humo incluye partículas finas (PM2.5), gases irritantes como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, entre otros contaminantes peligrosos. Estos pueden provocar desde irritación en ojos, nariz y garganta, hasta crisis de asma y problemas severos en personas con enfermedades respiratorias crónicas. Además, en grupos vulnerables, se ha observado un incremento en la mortalidad asociada a problemas cardiovasculares y respiratorios. Los efectos también pueden incluir reducción de la capacidad pulmonar y dolor torácico en personas sin afecciones previas.
Los niños son particularmente susceptibles debido a su sistema respiratorio en desarrollo y porque inhalan más aire en proporción a su peso corporal. Las personas mayores tienen sistemas inmunitarios y respiratorios más débiles, y las embarazadas enfrentan riesgos aumentados de parto prematuro y bajo peso al nacer del bebé, subrayando la importancia de prevenir la exposición en estos grupos.
‘Queremos insistir en que la prevención es fundamental: evitar la exposición al humo siempre que sea posible y seguir las medidas de protección puede marcar la diferencia, sobre todo en los colectivos más vulnerables’, señala el doctor Javier de Miguel, neumólogo experto en neumología ambiental y miembro de SEPAR.
RECOMENDACIONES DE SEPAR ANTE LA EXPOSICIÓN AL HUMO
SEPAR recomienda permanecer en interiores con ventanas y puertas cerradas, usar sistemas de filtración de aire, y en caso necesario, mascarillas N95 o FFP2. Es vital mantenerse hidratado y limitar la actividad física al aire libre, más aún después de los incendios debido a que las partículas contaminantes continúan en el aire.
Para los afectados por enfermedades respiratorias o cardiovasculares, es crucial no interrumpir sus medicamentos habituales, tener a mano medicación de rescate y estar atentos a la aparición de síntomas. En caso de síntomas graves, es fundamental buscar atención médica inmediata o llamar a emergencias.