El especialista de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), doctor Rafael Salvador, ha resaltado el papel vital de las pruebas radiológicas en el diagnóstico de enfermedades de la próstata como una alternativa “más precisa y menos invasiva”. Estas pruebas son clave para evitar procedimientos innecesarios como biopsias, permiten detectar a tiempo el cáncer de próstata y ayudan a planificar y monitorizar tratamientos de manera personalizada y eficaz.
“En el cáncer de próstata, la radiología, especialmente a través de la resonancia magnética (RM), no solo es fundamental para identificar la enfermedad, sino también para guiar el diagnóstico y el seguimiento”, afirma Salvador. El experto señala que la RM es esencial para localizar áreas de alto riesgo, clasificarlas mediante sistemas como PIRADS y orientar las biopsias dirigidas por la fusión de imágenes de ecografía y RM.
Salvador también indica que una RM negativa en la evaluación de cáncer de próstata significa que no se detectan lesiones sospechosas de ser clínicamente significativas, lo que conduce a evitar biopsias que son invasivas y pueden causar ansiedad y otras complicaciones. “Esto es de gran relevancia clínica y psicológica para los pacientes”, agrega.
“La RM previene el diagnóstico de cánceres de baja agresividad que no representan un peligro para el paciente, evitando así el sobrediagnóstico y el tratamiento excesivo. Además, tras los tratamientos como cirugía o radioterapia, esta técnica es crucial para evaluar la respuesta al tratamiento y detectar recidivas”, explica el doctor.
Recientemente, el avance del PET con trazadores específicos, como el PSMA, en combinación con la tomografía computarizada (TC) o RM, revoluciona el escenario al permitir localizar con exactitud recidivas o metástasis incluso cuando el indicador PSA es bajo.
PRUEBAS DE IMAGEN PARA EL SEGUIMIENTO DE LA SALUD PROSTÁTICA
Salvador subraya la importancia de las pruebas de imagen en el control de la salud prostática. Destaca la ecografía, accesible y útil para evaluar el tamaño de la próstata y problemas urinarios. La ecografía transabdominal ofrece una visión inicial, mientras que la transrectal, realizada desde el recto, permite además realizar biopsias diagnósticas.
La resonancia magnética multiparamétrica (RMmp) es superior para identificar lesiones sospechosas y planificar biopsias o tratamientos. Cuando la RM detecta una lesión sospechosa, se puede proceder a una biopsia focal guiada, aumentando la exactitud del diagnóstico. “Se realizan con guía ecográfica fusionando las imágenes de la RM o directamente en la RM”, añade Salvador. La PET-PSMA es especialmente eficaz para pacientes con sospechas de recidiva o enfermedad avanzada.
“Gracias a estas técnicas, la medicina avanza hacia una prevención personalizada, menos invasiva y más precisa”, enfatiza Salvador. Este tipo de pruebas se aplican a varones con síntomas urinarios, aquellos con PSA elevado o en aumento, hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata o factores de riesgo genéticos, pacientes previamente diagnosticados que requieren seguimiento, y candidatos a la vigilancia activa.
“La radiología ha revolucionado nuestra comprensión de la próstata: ahora podemos ver, medir y monitorizar lo que antes solo se sospechaba por el tacto o el PSA y se biopsiaba sin visión directa”, concluye Salvador.