La Sociedad Española de Epidemiología insta a intensificar medidas preventivas ante el incremento de eventos climáticos extremos

La SEE destaca la necesidad de fortalecer la preparación y respuesta ante el aumento de fenómenos climáticos extremos.

Archivo - Imagen de archivo de varias personas que recorren calles llenas de agua tras el paso de la dana por Valencia.Rober Solsona - Europa Press - Archivo

Tras un año desde la dana que azotó a la Comunidad Valenciana, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) recalca la importancia de la “prevención” y la “preparación” en el manejo de eventos meteorológicos extremos, que, según afirma, son cada vez más habituales debido al cambio climático.

Desde ese momento, la SEE ha promovido varias iniciativas para reforzar la capacidad de respuesta frente a desastres futuros. Entre estas acciones se incluye la creación de una Guía para abordar desde la salud pública y la epidemiología catástrofes similares a la DANA, así como la organización de la XI Jornada de Vigilancia en Salud Pública, que se centró en la evaluación de la gestión de la DANA y su impacto en la salud poblacional. Adicionalmente, se celebró un debate sobre la DANA durante la XLIII Reunión Anual Científica de la SEE, que tuvo lugar en septiembre en Las Palmas de Gran Canaria.

“En los episodios de lluvias torrenciales, aunque de diferente magnitud, que han sucedido posteriormente, la actuación de los servicios de emergencias de la administración ha demostrado que, con una información adecuada a la ciudadanía, alertas más tempranas y con una población más sensibilizada y preparada, la respuesta y resultados son mejores y pueden evitarse riesgos para las personas y bienes”, indica la SEE.

Para la Sociedad, es crucial continuar desarrollando planes de respuesta de forma coordinada y multisectorial, e invertir en recursos de salud pública. Las conclusiones de estos trabajos y encuentros coinciden en que la “anticipación, la coordinación interinstitucional y la vigilancia en salud pública son herramientas clave para reducir el impacto sanitario de estos episodios extremos. Garantizar agua y alimentos seguros, monitorizar los riesgos ambientales, y proteger especialmente a las personas en situación de vulnerabilidad deben formar parte de toda estrategia de prevención y respuesta”.

LAS CONSECUENCIAS EN SALUD MENTAL

El impacto en la salud mental ha sido significativo tras la dana, evidenciándose un incremento en los trastornos de ansiedad y estrés postraumático entre los habitantes de las áreas más golpeadas. La SEE recalca que la carga de enfermedad mental relacionada con las inundaciones repentinas puede extenderse por al menos tres años. “Los daños personales y materiales, la interrupción de la vida cotidiana, las dificultades económicas y los trámites burocráticos y administrativos para recibir las compensaciones y ayudas por los daños actúan como estresores que pueden afectar profundamente al bienestar psicológico”, destaca la SEE.

Por consiguiente, la Sociedad subraya la importancia de integrar la atención a la salud mental en la respuesta a emergencias, mejorar la comprensión del impacto de las inundaciones en grupos sociodemográficos específicos, y fortalecer la red de atención primaria y de salud mental para un seguimiento continuo a medio y largo plazo.

La SEE urge a las autoridades a incrementar los planes de prevención y adaptación al cambio climático, evitar desarrollos urbanísticos en zonas de riesgo y asegurar la protección de los grupos más vulnerables. Subrayan también la necesidad de mantener la vigilancia sanitaria, garantizar el acceso a agua y alimentos seguros, asegurar la cobertura de vacunaciones, garantizar la continuidad de la asistencia sanitaria, y ofrecer apoyo psicológico a los afectados.

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