Soluciones eficaces, seguras y mínimamente invasivas en radiología vascular e intervencionista para el manejo del dolor

La especialidad de radiología vascular e intervencionista (RVI) proporciona tratamientos eficaces, seguras y mínimamente invasivas para abordar el dolor asociado a enfermedades tumorales avanzadas, incluyendo el dolor óseo y visceral, menciona Raúl García Marcos, radiólogo del Hospital La Fe de Valencia.

De acuerdo con la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), se ha comprobado en diversos estudios que técnicas como la radiofrecuencia percutánea y la crioablación en metástasis óseas producen una reducción significativa del dolor, con un bajo riesgo de complicaciones.

Organizaciones como la Cardiovascular and Interventional Radiological Society of Europe (CIRSE), la International Society of Radiology (SIR) y la European Society For Medical Oncology (ESMO) ya incluyen estas técnicas como alternativas efectivas para casos paliativos, buscando principalmente controlar el dolor y mejorar la función sin intentar curar.

En España, aunque la integración de la RVI en los equipos de cuidados paliativos no es aún generalizada, en numerosos hospitales de alto nivel los radiólogos intervencionistas colaboran activamente con equipos de oncología y paliativos, siendo su aporte especialmente valioso en comités multidisciplinares que consideran tratamientos mínimamente invasivos para elevar la calidad de vida del paciente, explica Marcos.

Los radiólogos intervencionistas no solo podemos ayudar, sino que debemos estar implicados, indica el experto. A menudo, actúan cuando otros tratamientos han fallado o no son posibles, y también como primera opción de tratamiento.

HERRAMIENTAS QUE PUEDE APORTAR LA RVI A LOS CUIDADOS PALIATIVOS

La SERVEI resalta que la RVI ofrece herramientas como la ablación percutánea de metástasis óseas dolorosas, cementoplastias, fijaciones óseas para estabilizar lesiones líticas y reducir el dolor mecánico, bloqueos nerviosos guiados por imagen para dolor visceral y drenajes paliativos, entre otros. Estos procedimientos aseguran un control excepcional del dolor y una rápida recuperación.

La clave es ofrecer una opción que mejore la calidad de vida, minimice los efectos secundarios y permita una recuperación rápida, señala Raúl García Marcos, quien añade que los cuidados paliativos podrían convertirse en una especialización para radiólogos intervencionistas. La RVI puede y debe formar parte del abordaje integral del paciente al final de la vida, y eso pasa por una mayor formación específica y reconocimiento dentro del sistema sanitario, concluye.

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