Subrayan la relevancia de identificar la diabetes tipo 1 antes de los síntomas para prevenir complicaciones

Las entidades SEEN, SED y SEEP han enfatizado en la relevancia de reconocer la diabetes tipo 1 antes de que se manifiesten los síntomas con el fin de prevenir y minimizar complicaciones como la cetoacidosis diabética. Esto ha sido subrayado en el documento ‘Cribado, estadificación y seguimiento de la diabetes tipo 1 en estadios preclínicos: Consenso de las sociedades científicas SED, SEEN y SEEP’, que propone una serie de medidas para normalizar el manejo de las etapas presintomáticas a nivel nacional.

En nuestro país, se registran aproximadamente 20,5 nuevos casos de diabetes tipo 1 por cada 100.000 habitantes anualmente, con un diagnóstico frecuente en niños y adolescentes. A pesar de que la edad promedio para diagnosticar esta condición es de 32 años, más de la mitad de los diagnósticos globales ocurren en adultos.

«La estandarización del manejo de las personas antes del debut clínico facilitaría y ayudaría a homogeneizar el proceso a seguir en todo el país, lo que mejoraría la salud de los pacientes y beneficiaría también el pronóstico de la diabetes tipo 1», ha destacado el endocrinólogo y miembro del Área de Diabetes de la SEEN Ignacio Conget.

El documento resalta la importancia de implementar programas de cribado en familiares directos de pacientes diabéticos, desde niños hasta personas de 45 años, para evitar diagnósticos tardíos que podrían derivar en complicaciones severas como la cetoacidosis diabética. Esta última es más común en niños y puede llevar a edema cerebral, déficits cognitivos e incluso la muerte.

Luis Castaño, miembro de la Junta Directiva de la SED y pediatra endocrinólogo, mencionó que actualmente, alrededor del 40% de las personas con diabetes tipo 1 en España sufren de cetoacidosis diabética, una condición que generalmente requiere cuidados intensivos en hospitales.

ABORDAJE PRECOZ Y EDUCACIÓN DIABETOLÓGICA

Por lo tanto, es fundamental detectar la diabetes en una etapa precoz para comenzar un tratamiento temprano y personalizado, fomentar la educación en salud y contemplar intervenciones que podrían retrasar la progresión hacia la fase sintomática.

«Se debe estudiar a los niños antes del primer pico de incidencia, a los cuatro años, y para que esta detección precoz sea efectiva debe ir acompañada de un programa estructurado de formación y seguimiento que ofrezca el acompañamiento necesario en todo el proceso», explicó Jacobo Pérez Sánchez, endocrinólogo pediátrico y vocal de la Junta Directiva de la SEEP.

Además, el documento destaca que el conocimiento avanzado de la diabetes tipo 1 muestra que la fase presintomática puede durar meses o incluso años antes del diagnóstico clínico, tiempo durante el cual se pueden aplicar estrategias preventivas.

«La detección precoz contribuye a que no sea necesaria la hospitalización en el debut clínico, ya que la media de días de hospitalización de un niño o adolescente es entre siete u ocho días y puede reducirse a cero en el caso del cribado de la enfermedad», concluyó el doctor Castaño.

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