Un grupo de médicos, investigadores y abogados de talla internacional, junto a representantes de pacientes, han elaborado una guía destinada a asegurar que los pacientes estén plenamente informados antes de aprobar procedimientos quirúrgicos innovadores.
‘Las investigaciones demuestran que los cirujanos a menudo no informan a los pacientes de que están utilizando una técnica pionera, lo que les impide saber que el procedimiento aún no está completamente probado. Cuando los cirujanos sí lo mencionan como nuevo, los hallazgos también muestran que pueden exagerar sus beneficios o que los pacientes pueden asumir que debe ser mejor simplemente por ser nuevo’, ha apuntado el coautor principal del trabajo, Angus McNair.
Publicación de la investigación
El estudio se publicó en ‘British Journal of Surgery’, resultado de una colaboración entre el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Atención del Reino Unido (NIHR), el Centro de Investigación Biomédica de Bristol (BRC) y la Universidad de Bristol. La investigación se fundamentó en el análisis de más de 200 estudios y la participación de un amplio espectro de profesionales de la salud y más de 130 pacientes, identificando falencias en el proceso de consentimiento informado para cirugías con nuevas técnicas y dispositivos.
Para corregir estos problemas, el estudio sugiere estándares que, si se implementan globalmente, favorecerán la innovación quirúrgica manteniendo la seguridad y la transparencia. La guía propuesta incluye siete pasos esenciales para las conversaciones entre médicos y pacientes.
Entre las recomendaciones se encuentra la necesidad de discutir las innovaciones del procedimiento, posibles conflictos de interés, las razones de la innovación, alternativas terapéuticas, incertidumbres sobre la seguridad y la eficacia, la experiencia del cirujano en la técnica innovadora y los mecanismos para monitorear la seguridad y la rendición de cuentas en caso de complicaciones.
‘Este es un paso fundamental para aprender de los errores del pasado y podría ser un punto de inflexión para mejorar la seguridad y la comunicación con los pacientes. Establece procesos sólidos, consistentes y totalmente transparentes para garantizar que los pacientes reciban toda la información importante y relevante que necesitan, incluyendo los posibles riesgos asociados y otras alternativas disponibles, antes de decidir si se someten a un nuevo procedimiento’, ha destacado McNair.