Un consorcio internacional de científicos ha descrito una nueva vía de tratamiento para el glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo conocido, basada en la utilización de un virus aviar que no provoca enfermedad en humanos.
El trabajo, difundido en la revista “Journal for ImmunoTherapy of Cancer”, ha estado coordinado por Vithas (España), la Universidad CEU San Pablo (España), el Brain Tumour Laboratory promovido por Fundación Vithas y vinculado a la Universidad Francisco de Vitoria (España), junto con el Icahn School of Medicine at Mount Sinai (EEUU).
La investigación pone de manifiesto que el virus IBDV, responsable de la enfermedad de Gumboro en aves, es capaz de infectar de forma selectiva las células malignas del glioblastoma, destruirlas y desencadenar una fuerte respuesta inmunitaria, sin afectar al tejido sano ni generar complicaciones en los modelos murinos analizados. Asimismo, refuerza la acción del tratamiento estándar con temozolomida (TMZ), incluso cuando el tumor muestra resistencia.
“La viroterapia oncolítica se consolida como una de las apuestas más innovadoras contra el cáncer, al utilizar virus capaces de eliminar selectivamente células tumorales y activar una respuesta inmunitaria duradera frente al tumor. Su combinación con inmunoterapia y terapias génicas abre la puerta a tratamientos más potentes y personalizados, adaptados a las características moleculares de cada paciente. En la próxima década esperamos ver cómo nuevas estrategias terapéuticas situaran a los virus en primera línea del tratamiento oncológico, como protagonistas de estrategias más seguras, selectivas y eficaces frente al cáncer”, explica Sara Cuadrado-Castaño, profesora asistente de investigación y responsable del Programa de Viroterapia para Cáncer en el Departamento de Microbiología del Hospital Monte Sinai de Nueva York.
“Este hallazgo representa un cambio de paradigma en el tratamiento del glioblastoma. El uso de un virus aviar, sin inmunidad preexistente en humanos, permite una acción más eficaz y segura”, explica Ángel Ayuso, autor senior del estudio, director gerente de Fundación Vithas y director del Brain Tumour Laboratory.
“Este estudio muestra que virus no patógenos en humanos pueden ser usados no solo para destruir células tumorales sin dañar las sanas, sino que además potencia la eficacia de la quimioterapia y activa el sistema inmunitario para que reconozca mejor al tumor”, indica Estanislao Nistal, investigador principal del Laboratorio de Virología e Inmunidad Innata de la Universidad CEU San Pablo.
Resultados clave del trabajo preclínico
Los autores destacan que las conclusiones obtenidas son especialmente alentadoras. El IBDV, de procedencia aviar y sin capacidad para originar infecciones en personas, ha mostrado una acción dirigida contra las células tumorales del glioblastoma, incluidas las células madre tumorales implicadas en la resistencia a los tratamientos y en las recaídas.
En modelos preclínicos, el virus no solo destruye las células malignas, sino que también estimula al sistema inmunitario para que actúe frente al tumor, modificando el microambiente tumoral y favoreciendo una respuesta antitumoral más eficaz. Además, la administración de IBDV incrementa el efecto de la temozolomida, el fármaco de referencia para este cáncer cerebral, incluso en modelos resistentes.
La combinación ha evidenciado un efecto sinérgico, con mayor destrucción tumoral y una activación inmune más intensa. Los experimentos en animales han confirmado, además, un buen perfil de seguridad del virus, sin toxicidad ni efectos adversos detectados. Finalmente, los investigadores han corroborado estos hallazgos en explantes de tumores humanos, lo que respalda su posible traslación futura a la práctica clínica.
Hacia nuevas estrategias combinadas contra el glioblastoma
El glioblastoma se sitúa entre los tumores más agresivos y difíciles de abordar en oncología. Pese a los avances en cirugía, radioterapia y quimioterapia, la supervivencia media de los pacientes apenas supera los 15 meses.
La temozolomida (TMZ), empleada como tratamiento estándar junto a otras terapias, ofrece un beneficio limitado, sobre todo cuando el tumor adquiere resistencia. En este escenario, el trabajo plantea una aproximación innovadora que asocia TMZ con el virus IBDV, logrando una acción conjunta que mejora de forma notable los resultados obtenidos con cada intervención por separado.
“Estamos ante una terapia que no solo destruye el tumor, sino que reactiva el sistema inmunitario para combatirlo. Es un avance esperanzador”, Ayuso. El uso de un virus aviar como IBDV, que no provoca enfermedad en humanos y frente al que la mayoría de la población no presenta inmunidad previa, permite sortear uno de los grandes retos de otras viroterapias: la eliminación rápida del virus por el sistema inmunitario antes de que pueda desplegar su acción terapéutica.
Para los autores, esta particularidad, unida a su perfil de seguridad demostrado en modelos animales, refuerza el potencial del IBDV como herramienta oncológica, en especial en tumores con microambientes inmunosupresores como el glioblastoma.
El estudio establece así un punto de partida para futuros ensayos clínicos que analicen esta combinación como alternativa real para pacientes con este tipo de cáncer cerebral. Aunque los datos son prometedores, los investigadores insisten en que todavía se requieren más estudios preclínicos para valorar con detalle la seguridad y eficacia del IBDV en humanos. Este trabajo abre la puerta a nuevas terapias basadas en virus no humanos para abordar tumores cerebrales resistentes.









