Los encargados de los Servicios de Información de la Policía Nacional y la Guardia Civil han evaluado el incremento de menores arrestados por vínculos con el yihadismo, alcanzando un total de 74 detenciones de personas de todas las edades hasta mediados de 2025, anticipando que el año podría cerrar con cifras récord, tras los 81 arrestos del año anterior.
«Cuidado porque el crecimiento ascendente es exponencial», advirtió el teniente coronel Óliver Pérez, de la UCE-2 de la Guardia Civil, quien destacó los desafíos como la respuesta legal frente a niños radicalizados, algunos de ellos menores de 14 años y, por ende, no imputables.
«Los menores no tienen límites; hay más casos y cada vez más peligrosos», comentó el comisario Jesús Manuel Brito, de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, indicando que el aumento se observó después de la pandemia de covid –anteriormente se registraban seis menores detenidos al año y ahora aproximadamente veinte–.
LOS PADRES, LOS PRIMEROS SORPRENDIDOS
Ambos funcionarios policiales participaron en el evento ‘La amenaza yihadista para España: persistencia y transformación’, realizado en Aranjuez (Madrid) por el profesor Fernando Reinares en colaboración con el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y la Universidad Rey Juan Carlos.
Estos mandos policiales revisaron casos específicos de menores involucrados en procesos de radicalización, frecuentemente a través de redes sociales, y vinculados con el «aumento global» de menores en delitos.
«Sus padres son los primeros sorprendidos», explicó el teniente coronel Pérez sobre los jóvenes detenidos por yihadismo, señalando que usualmente son nacidos en España y pertenecientes a familias integradas o adineradas. Subrayaron la importancia de que el entorno aumente la colaboración con las autoridades cuando se detecten indicios de radicalización.
NO EXISTE UN PERFIL DE YIHADISTA
Con la premisa de que «no existe un perfil de yihadista», los encargados de los Servicios de Información analizaron otros factores de riesgo, como yihadistas en situación personal vulnerable, incluyendo aquellos con «capacidades mentales alteradas», como el autor del atentado donde falleció un religioso en Algeciras (Cádiz) en enero de 2023.
Aparte de los llamados actores «solitarios» –los incorrectamente denominados «lobos solitarios»–, el teniente coronel Pérez y el comisario Brito también destacaron al ISIS-K (Estado Islámico del Gran Jorasan) como la filial terrorista con mayor potencial para ejecutar un ataque planeado en Europa. «No se escucha hablar de ellos, pero no es porque no lo hayan intentado, ya que se han neutralizado varios ataques», mencionó el teniente coronel.
Además, se discutió la reincidencia en prisiones –«los yihadistas que entran no se desradicalizan», afirmó el comisario Brito– y el debate sobre el modelo de «fronteras abiertas» en Europa, que aunque presenta desventajas desde la perspectiva de prevención de terrorismo, «son mucho más los beneficios», intercedió el teniente coronel Pérez.
En las jornadas también se abordaron temas como la creciente utilización de criptomonedas como método de financiación para el terrorismo yihadista, en una última mesa de discusión con la participación de Lluís Paradell, de la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra, y Juan Vicente Bazaga, de la Oficina Central de Inteligencia de la Ertzaintza.
