Dos individuos investigados por vender vino de Rioja con etiquetado falso atribuido a la ‘familia real’

Archivo - Vino reetiquetado incautado por la Guardia CivilGUARDIA CIVIL DE LA RIOJA - Archivo

En el contexto de la operación ‘Alduo’, la Guardia Civil ha puesto bajo investigación a dos hombres de 36 y 42 años, acusados de cometer estafa continuada y delitos contra la propiedad industrial. Estos exportaron a China un total de 3.567 botellas de vino -crianza y tempranillo- con etiquetas de su propia marca y contraetiquetas que falsamente indicaban ‘Vino de la familia real española’.

Los sujetos, a cargo de una comercializadora de vinos en La Rioja Baja, «no son bodegueros ni productores de vino amparado bajo la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja)», pero han introducido en los mercados nacional e internacional numerosas botellas con etiquetas alteradas, distorsionando su origen y calidad.

El propósito era simular que se trataba de vinos de calidad superior, causando un importante daño a los productos con denominaciones de origen protegidas y comprometiendo la trazabilidad y autenticidad de los vinos, afectando negativamente a la DOCa Rioja.

Este acto no solo constituye una infracción de los derechos de propiedad industrial, sino que también representa un engaño directo a los consumidores, ofreciendo un producto con una identidad totalmente falsificada.

La operación ‘Alduo’ comenzó a inicios de enero tras descubrirse que una empresa en La Rioja Baja, que distribuía vinos supuestamente protegidos por la DOCa Rioja, podría estar involucrada en irregularidades delictivas.

ETIQUETADO FRAUDULENTO Y FALTA DE TRAZABILIDAD

Las primeras investigaciones revelaron que las botellas, aunque etiquetadas con varias marcas y distribuidas por la empresa implicada, presentaban irregularidades en el uso de la denominación de origen Rioja. Específicamente, la bodega listada como responsable en la contraetiqueta no coincidía con la que figuraba en la garantía oficial del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, o carecía de ella, impidiendo confirmar la trazabilidad del vino.

Además, el etiquetado era inconsistente y colocado de manera manual y primitiva, sin emplear máquinas etiquetadoras automáticas. Durante la investigación, se descubrió que la empresa encargaba a bodegas locales el embotellado del vino usando el método ‘para-por’: ‘para’ la empresa que finalmente vendía el vino y ‘por’ la bodega que se encargaba del embotellado y de colocar la precinta de seguridad.

MODUS OPERANDI

Al agotarse el stock, los investigados pedían a otras bodegas una nueva partida de vino de menor calidad, o lo compraban en grandes cadenas de alimentación. Luego, en sus instalaciones, empleaban técnicas rudimentarias para retirar las etiquetas originales, excepto la precinta de seguridad, y las reemplazaban por las suyas para vender el producto como si fuera de mayor calidad, engañando a los consumidores.

Dentro de los afectados por este fraude están los organizadores de un conocido musical en Madrid y varios clientes en Asia, donde distribuyeron las 3.567 botellas implicadas. Una vez recopiladas todas las pruebas, los agentes procedieron al registro de las instalaciones, capturando a varios empleados mientras reetiquetaban las botellas.

En el operativo se confiscó documentación y herramientas usadas en la alteración de las botellas, incluyendo pistolas de pegamento caliente y etiquetas autoadhesivas. Todos los hallazgos han sido entregados a la autoridad judicial.

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