El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 ha presentado una iniciativa dentro del proyecto de Ley de Consumo Sostenible que busca frenar el incremento de precios en la reventa de entradas. Actualmente, la ley prohíbe el uso de bots para la compra masiva de tickets con fines de reventa. Según fuentes del ministerio, la nueva propuesta impide elevar el precio de los boletos más allá del ajuste por la inflación desde la adquisición original.
La normativa vigente, específicamente en el artículo 27.6 de la Ley de Competencia Desleal, ya establece restricciones sobre la adquisición automatizada de entradas. Esta medida se alinea con una Directiva Europea que prohíbe la reventa de entradas culturales y deportivas obtenidas mediante software automatizado, superando los límites impuestos por los vendedores originales.
«Esa prohibición se entiende sin perjuicio de cualquier otra medida nacional que los Estados miembros puedan adoptar para proteger los intereses legítimos de los consumidores y velar por la política cultural y el acceso generalizado de todos los individuos a espectáculos culturales y deportivos, como por ejemplo la regulación del precio de reventa de las entradas», se detalla en la Directiva.
Desde el Ministerio señalan que las dificultades para aplicar la prohibición se deben a «Los grandes incentivos económicos que genera esta reventa por parte de empresas». La modificación del artículo 20 de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios en la Ley de Consumo Sostenible pretende atacar estos incentivos, limitando la reventa a un precio que no exceda el aumento del IPC.
Similar a regulaciones en otros países europeos, como Bélgica y Francia, esta medida busca erradicar la venta de entradas a precios exorbitantes. Además, podría llevar a sanciones y al bloqueo de sitios web que infrinjan esta norma.
Según un estudio de Verified Market Research, el mercado de reventa de entradas podría alcanzar los 7.769 millones de Euros en Europa para 2030. Con estas medidas, se espera que una cantidad significativa de dinero se mantenga disponible para el consumo familiar en lugar de fluir hacia actividades que no generan valor añadido.
















