El abuelo materno del niño de cuatro años hallado sin vida con signos de violencia física y sexual en la costa de Garrucha (Almería) en la noche del pasado miércoles se ha presentado este martes como acusación particular en el procedimiento judicial y ha pedido al juzgado la apertura de un expediente de jurisdicción voluntaria con el fin de poder proceder a la incineración del cadáver del menor.
La solicitud se plantea ante la imposibilidad de recabar el consentimiento de la madre, que permanece en prisión provisional, comunicada y sin fianza desde el pasado sábado, junto a su pareja sentimental. La personación se ha llevado a cabo en el Juzgado de Instrucción número 4 de Vera, que se encontraba en funciones de guardia cuando se produjo el hallazgo del cuerpo y las posteriores detenciones.
La Guardia Civil arrestó a la madre del niño y a su compañero sentimental tras localizar el cuerpo en una playa de Garrucha, en el límite con el término municipal de Mojácar y frente a una gasolinera, alrededor de las 23,30 horas.
El letrado de la acusación particular, José Luis Martínez, ha indicado a Europa Press que, por el momento, no ha tenido acceso a los autos debido al secreto de las actuaciones. La petición elevada al juzgado busca suplir la autorización de la madre mientras no se adopten medidas cautelares que puedan incidir en el ejercicio de la patria potestad.
Según señalaron fuentes judiciales, el hombre prestó declaración ante la autoridad judicial, mientras que la madre, por su parte, se acogió a su derecho a no declarar. Ambos quedaron inicialmente investigados por un delito de asesinato y por maltrato habitual.
En este contexto, el varón tenía en vigor una orden de alejamiento respecto de la madre del pequeño, aunque continuaban manteniendo una relación. Fuentes de la investigación confirmaron a esta agencia este extremo, así como que no es el padre biológico del menor, cuyo progenitor se encuentra fuera de la provincia de Almería.
Antes de que se encontrara el cuerpo, los servicios de emergencias habían recibido avisos en torno a las 20,10 horas que alertaban de la desaparición del niño en circunstancias calificadas como extrañas. La investigación, que permanece bajo secreto, trata de determinar el grado de participación de cada uno de los implicados. La madre, aunque vecina de Garrucha desde hace más de un año, había residido previamente en otro municipio costero del Levante almeriense.
El aviso por la pérdida del menor activó un dispositivo en el que intervinieron Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil. Los investigadores confirmaron la muerte violenta del niño, a la espera de que la autopsia precise la causa concreta del crimen.











