Una mujer que fingía ser opositora a mossa y que está imputada por el asesinato de su novio en Ripollet, Barcelona, en abril de 2023, lo maltrató y amenazó de muerte en las semanas previas al suceso. Este miércoles, durante el juicio en la Audiencia de Barcelona, se han presentado numerosas grabaciones que sustentan estas acusaciones. La Fiscalía ha pedido 34 años de cárcel para la acusada, mientras que la acusación particular ha solicitado prisión permanente revisable y la defensa busca la absolución.
Los Mossos d’Esquadra examinaron 670.000 archivos de cuatro dispositivos móviles de la acusada, recuperando datos incluso de archivos eliminados. Tras nueve meses de análisis, elaboraron un informe extenso que revela una acumulación de datos desde 2013 hasta 2023, incluyendo audios de Whatsapp y Telegram y otras grabaciones personales.
En sus dispositivos también se encontraron numerosos contactos y detalles íntimos de su vida y la de su pareja. Los investigadores destacaron la cantidad de datos personales que la acusada guardaba sobre su pareja y otras personas de su entorno.
La mujer, que se presentaba con múltiples identidades falsas, incluyendo la de mossa, mantuvo un noviazgo conflictivo con la víctima, marcado por celos y discusiones. Según los Mossos, ella llegó a ejercer un control absoluto sobre él, afectando incluso su desempeño laboral. La relación pasó por varias fases, incluyendo una de reconciliación en la que ella fingió desgracias personales para atraer su atención.
Los meses previos al crimen, la acusada intensificó sus amenazas, como se evidencia en audios donde expresaba su desprecio y advertía que haría que él sufriera. Incluso amenazó con denunciarlo por agresiones ficticias, como se escucha en una grabación donde simula ser agredida.
«Si lo de hacer el gilipollas lo haces de puta madre, te tocará llorar mucho, mucho, y te acordarás de cada palabra que me has dicho. Mucho te tocará llorar», es una de las frases que se le atribuyen en las grabaciones. Otros audios revelan cómo lo despreciaba y amenazaba con violencia extrema.
Además, se presentaron pruebas de maltrato físico y psicológico, incluyendo vídeos donde la víctima aparece en situaciones degradantes y audios donde ella finge organizar su asesinato.