En su intervención en el Congreso, durante la Comisión de Justicia que evaluaba su idoneidad para dirigir el Ministerio Público, Teresa Peramato, propuesta del Gobierno como nueva fiscal general del Estado, ha prometido trabajar para “sanar” los daños provocados por la condena a su antecesor, Álvaro García Ortiz. No obstante, se ha abstenido de opinar sobre las acusaciones del PP, que ha tildado de “ataques” al Tribunal Supremo (TS) por el veredicto contra García Ortiz, limitándose a decir: “No hago valoraciones”.
Peramato ha elogiado la labor de sus predecesores en el cargo, resaltando la importancia de su gestión para la modernización de la Fiscalía. Ha admitido que la situación actual es una “profunda herida” en la institución, pero ha expresado su deseo y esperanza de curarla con la ayuda de todos los fiscales, contando con su esfuerzo y cooperación.
Por su parte, la diputada del PP, María Jesús Moro, ha cuestionado la respuesta de la Unión Progresista de Fiscales, anteriormente representada por Peramato, que calificó de “violencia institucional” la demora del TS en emitir una sentencia sobre García Ortiz. Moro ha exigido a Peramato una posición clara respecto a estas declaraciones, preguntándole si el TS ejerce “violencia institucional”.
Moro también ha criticado la falta de condena de Peramato hacia las acciones y declaraciones de ciertos fiscales que, según ella, desafían y faltan el respeto al TS. Ha pedido a Peramato que se comprometa a investigar estas conductas internamente. A esto, Peramato ha reiterado su negativa a emitir juicios, manteniendo un “respeto más absoluto” hacia la libertad de expresión.
Finalmente, aunque se reconoce que Peramato cumple con los requisitos para el cargo, desde el PP se le demanda “algo más” para asegurar su credibilidad e independencia. Moro ha expresado su preocupación por la percepción pública de la Fiscalía y ha preguntado a Peramato sobre las medidas que tomará para restaurar la confianza en la institución.
