El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha emitido una sentencia de 7 años y 6 meses de cárcel para un hombre, de origen brasileño y 39 años en ese momento, por violar a su sobrina de 22 años en una localidad cercana a Pamplona, en febrero de 2022.
La resolución judicial, susceptible de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, impone al acusado la prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante 11 años. Adicionalmente, deberá someterse a un periodo de libertad vigilada de 6 años tras cumplir su condena y pagar 10.000 euros como indemnización por daño moral.
La víctima, que no vivía en Pamplona, había viajado a la ciudad para vacunarse contra el Covid-19. Tras la vacunación, subió una fotografía de su brazo vacunado a WhatsApp. Esto motivó que su tío la contactase y acordaran encontrarse en la plaza Merindades de Pamplona. El acusado, acompañado por otros dos individuos, recogió a su sobrina y la llevó a su casa, argumentando que era la única familiar que no conocía su residencia. Durante el trayecto, uno de los acompañantes se bajó cerca de la estación de autobuses.
En el domicilio, tras mostrarle el lugar, el acusado intentó tranquilizar a su sobrina con palabras que prometían protección. Más tarde, en su habitación, consumió cocaína con otro hombre, sin ofrecer a la víctima. Luego, envió a su amigo a comprar cervezas y aprovechó para bloquear la puerta con una cama y violar a su sobrina. La joven contactó a su hermano para que la recogiera una vez que el ataque concluyó y el amigo regresó con las cervezas.
En el juicio, la fiscalía y la acusación particular pidieron 14 años de prisión por agresión sexual con prevalimiento, dada la relación familiar. La defensa solicitó la absolución, alegando que la relación fue consensuada y provocada por la joven. No obstante, la corte dio mayor credibilidad al testimonio de la víctima, respaldado por declaraciones consistentes y corroborado por testigos, incluyendo a su hermano, su supervisora y profesionales médicos y psicológicos. Los jueces concluyeron que no existían motivos para dudar de la veracidad de su relato.