Condenan a un hombre a 18 meses de cárcel por agredir verbalmente a un médico en Cullera

Un hombre es condenado a 18 meses de prisión por proferir insultos racistas y amenazas de muerte a un médico en Cullera.

Archivo - Ciutat de la Justicia de València (imagen de archivo)GVA - Archivo

Un individuo ha sido sentenciado a 18 meses de prisión tras admitir haber insultado y amenazado de muerte a un médico en un centro sanitario en Cullera (Valencia) debido a su origen extranjero, diciéndole: «Negro, vienes aquí a quitar el trabajo a los españoles».

Originalmente, la fiscalía demandaba seis años de cárcel para el acusado por los delitos de atentado y amenazas. No obstante, tras reconocer su culpabilidad y llegar a un acuerdo con la defensa, se redujo su condena a un año y medio por un delito de odio y otro de atentado.

Además, el condenado deberá abonar una multa y enfrentarse a una responsabilidad civil de 6.000 euros. La ejecución de la pena de prisión podría suspenderse si el acusado realiza un curso de igualdad, según informaciones de Europa Press.

El incidente tuvo lugar el 26 de septiembre de 2023, cuando el hombre acudió al centro de salud demandando atención urgente para su esposa. Ignoró los protocolos de seguridad y se dirigió directamente a la zona de consulta, donde comenzó a gritar. Intentó acceder a la consulta del médico, refiriéndose a él despectivamente como ‘el negrito’ o ‘el negrata’, pero fue detenido por agentes de la Guardia Civil.

Posteriormente, el médico y una enfermera visitaron al condenado en su hogar para atender a su esposa, escoltados por la Guardia Civil. El hombre continuó con su actitud hostil, insultando al doctor por su color de piel y origen, con frases como ‘negro de mierda, te voy a matar, te voy a rajar’, que repitió varias veces. Incluso intentó agredir físicamente al médico, siendo frenado por un agente.

Finalmente, el hombre lanzó una amenaza directa al médico: «yo voy a estar vivo para pagar lo que tenga que pagar, pero tú no vas a estar vivo para contarlo». Este comportamiento causó una profunda humillación al médico, que se sintió menospreciado delante de su paciente, la enfermera y los agentes, resultando en un estrés postraumático que le llevó siete días recuperar su capacidad para trabajar.

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