El Tribunal Supremo (TS) ha ratificado la pena de prisión permanente revisable impuesta a Ali Kouch, el hombre que asesinó a su esposa embarazada y a su hijo de siete años en Sa Pobla (Mallorca) en mayo de 2021.
La Sala de lo Penal, en una resolución emitida recientemente y a la que ha tenido acceso Europa Press, concluye que no procede admitir el recurso de casación presentado por la defensa, que solicitaba dejar sin efecto la sentencia condenatoria dictada por la Audiencia Provincial de Palma y que ya había sido refrendada por el Tribunal Superior de Justicia de Baleares.
En el recurso, el letrado del condenado sostenía —en línea con lo ya planteado anteriormente— que la resolución era nula por la “falta absoluta de motivación” al fijar la expulsión del territorio nacional del acusado en el momento en que acceda al tercer grado, y no en relación con una parte proporcional del cumplimiento mínimo de las penas de prisión o cuando se le otorgue la libertad condicional.
El Supremo, al responder a estos argumentos, afirma “no acabar de entender” la tesis del recurrente, puesto que el Código Penal atribuye al tribunal sentenciador la facultad de concretar el tiempo de cumplimiento de la condena, ya sea íntegro o parcial, antes de ejecutar la expulsión del territorio español.
“La pretensión del recurrente nos parece un contrasentido, ya que, expuestas las razones por las cuales el tribunal se ha decantado por una alternativa de las tres que le ofrece el precepto, no tiene sentido que se le pida que exponga las razones por las cuales descarta las otras, cuando es innecesario”, razona la Sala en su fallo.
La resolución del Alto Tribunal es firme y contra la misma no cabe interponer nuevos recursos, de modo que la condena queda definitivamente confirmada.
Ali Kouch fue sentenciado a 25 años de prisión por el asesinato de su mujer embarazada, a prisión permanente revisable por la muerte de su hijo de siete años y a seis meses de cárcel por un delito de maltrato habitual.
En la sentencia se recoge que “el acusado atacó a su hijo menor de 7 años aprovechándose no sólo del hecho de que el menor no iba a esperar un ataque de la persona que debe velar por él y protegerle, sino de la desproporción de fuerzas existente entre un menor de 7 años y un adulto joven y consumó su propósito con suma facilidad, le cogió del cuello y lo estranguló, no sin antes haber inmovilizado al menor utilizando los pies puesto que fueron halladas fibras de la camiseta del menor en las chanclas que portaba el acusado, conducta que se define por sí misma y resulta merecedora de un contundente reproche penal”.