El abogado de Amaia Zabarte, la seguidora de la Real Sociedad herida en la cabeza tras una carga de la Ertzaintza en los incidentes previos a un encuentro frente al Paris Saint Germain el pasado año, ha detallado que los ertzainas que han declarado este viernes en el Juzgado de Instrucción número 4 de San Sebastián han manifestado que los proyectiles de foam cuyo uso fue “prohibido” horas antes de las cargas “se les cayeron de una bolsa”.
Desde las puertas de los juzgados de Atotxa, en San Sebastián, el letrado Iker Sarriegi ha informado, tras la comparecencia de siete ertzainas –cinco en calidad de investigados y dos como testigos–, de que los agentes “no saben desde donde hicieron las cargas”.
El abogado ha subrayado además que los ertzainas investigados se han negado a responder a sus cuestiones. Según ha relatado, durante las declaraciones “sorpresivamente ha salido un dato”, y es que “el mismo día de los hechos del partido prohibieron unas horas antes el uso de los proyectiles foam SIR-X, que son los más potentes, y solo podían lanzar los SIR”.
No obstante, ha indicado que “en el atestado aparece que hubo tres proyectiles Foam SIR-X, que los habían utilizado”, extremo que “han justificado diciendo que se les había caído de la bolsa, de la bolsa de las pelotas de foam”. A su entender, “eso ha sido un poco lo novedoso”.
Cuestionado sobre si entre los ertzainas investigados se encontraría el presunto responsable del disparo del proyectil de foam que alcanzó a Zabarte, el abogado ha señalado que ninguno de los agentes recuerda “de dónde hacen las cargas”, si bien el agente señalado “tiene un lanzamiento de un 7 de agosto de un SIR-X que dice que se le cayó de la bolsa”.
Por otro lado, ha censurado que “después de casi dos años el Ministerio Fiscal no ha aparecido, la anterior vez tampoco, no ha hecho ni un escrito, ni una acusación, ni investigación, nada de nada”.
En esta línea, ha explicado que, “por comparar, para entender las cosas y verlas igual más sencillas”, su despacho representa también a dos jóvenes, abonados de la Real Sociedad, investigados por un presunto delito de odio por supuestos insultos racistas dirigidos al jugador del Real Madrid, Vinicius Jr., durante un partido disputado en el estadio donostiarra de Anoeta, y que en ese procedimiento “enseguida el fiscal, desde la primera declaración, apareció allí”.
A su juicio, “dependiendo quién pone la denuncia y quién es el denunciado, el Ministerio Fiscal, aparece o no aparece”.











