En un reciente juicio, cuatro auxiliares del centro La Alborada en Torrelavega, acusadas de maltratar verbalmente a dos ancianos, han sido sancionadas con multas que oscilan entre los 180 y los 900 euros por delitos de vejaciones injustas. Estas condenas se han establecido después de que se presentaran varias grabaciones de audio en las que las trabajadoras reconocían sus acciones y pedían disculpas a las familias afectadas.
El proceso judicial estaba programado para iniciarse a las 9:00 horas del viernes en el Juzgado de lo Penal número 3 de Santander. No obstante, antes del inicio, las acusadas llegaron a un acuerdo de conformidad con las partes acusadoras, compuestas por las dos familias y la propia residencia, quienes en un principio habían pedido hasta cinco años de prisión para las empleadas.
Durante la vista, se reprodujeron los audios incriminatorios. En ellos, las empleadas expresaron su arrepentimiento con frases como «Me arrepiento muchísimo» y «no estoy orgullosa de ello». En los registros sonoros, se evidenciaba un trato despectivo y ofensivo hacia los residentes, con expresiones como «abre la puta boca» y «me cago en Dios». En un incidente reportado, ante la queja de hambre de un anciano, una auxiliar respondió de manera inapropiada: «pues pincha el culo y saca sangre, o come mierda que ya eres grande».
Finalmente, las acusadas solo fueron condenadas por vejaciones injustas, aplicándoseles la atenuante de reparación del daño, tras lo cual las familias y la residencia desistieron de sus peticiones de indemnización. Actualmente, solo una de las condenadas continúa trabajando en la residencia, que considerará futuras acciones tras la resolución del caso.
Las familias de las víctimas, tras tres años de denuncias y un sentimiento de aislamiento sin apoyo del centro ni del Instituto Cántabro de Servicios Sociales, expresaron su deseo de «cerrar este capítulo», a pesar de sentirse insatisfechas con el desenlace del juicio, que según ellas, no refleja completamente la responsabilidad del centro.










