Este miércoles se desarrolla la tercera sesión del juicio contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en el Tribunal Supremo. Estaban citados a declarar Juan Lobato, anterior líder del PSOE en Madrid, y Pilar Sánchez Acera, quien ocupó un cargo en Moncloa, además de un grupo de seis periodistas. Los dos primeros han negado que la filtración que les llegó sobre el ofrecimiento de un pacto por parte de la defensa de González Amador procediera de la Fiscalía.
La sesión comenzó a las 10.00 horas con la declaración de Lobato, quien ya había testificado el 29 de noviembre de 2024 ante el magistrado Ángel Hurtado durante la fase de investigación. Hurtado convocó a Lobato a raíz de una publicación en ‘ABC’ que sugería que desde Moncloa se había filtrado información sobre Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña.
El juicio examina la supuesta filtración por parte de García Ortiz de un ‘email’ del 2 de febrero, donde la defensa de González Amador proponía admitir dos delitos fiscales para evitar la cárcel, a la Cadena SER la noche del 13 de marzo de 2024.
Lobato entregó su teléfono y un acta notarial al Supremo que recogía mensajes de Sánchez Acera del 14 de marzo, donde le enviaba una captura del mencionado correo y le animaba a usarlo contra Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid. En el intercambio, también se preocupó por la confidencialidad de los datos personales y sugirió a Lobato cómo presentar la información en el pleno.
En la fase investigativa, Sánchez Acera no pudo recordar quién le facilitó el ‘email’, pero descartó que hubiera sido la Presidencia o la Fiscalía General. Además, el instructor Hurtado había indicado que desde Moncloa se dieron órdenes para filtrar la información, aunque la Sala de Apelación consideró que no estaba suficientemente probado, excluyendo estas supuestas instrucciones del Gobierno.
Lobato desvincula a Moncloa de la filtración
El ex líder de los socialistas madrileños Juan Lobato ha asegurado este miércoles que el ‘pantallazo’ del correo electrónico donde la defensa de González Amador ofrecía confesar a cambio de un pacto con Fiscalía no le llegó a través de la institución pero que preguntó si era así por «prudencia», porque pensó que podía interpretarse así.
El interrogatorio a Lobato, que apenas ha durado una hora, se ha centrado en los mensajes de WhatsApp que se intercambió en la mañana del 14 de marzo con Pilar Sánchez Acera, después de que esta le mandara a las 8:29 horas de ese día el ‘pantallazo’ de dicho correo electrónico.
«Cuidado con los datos personales», le advirtió Sánchez Acera. Minutos después, insistió a Lobato: «Sácasela en la pregunta (…) Un quién miente señora Ayuso, usted o su novio?».
El entonces dirigente madrileño preguntó a Sánchez Acera si la carta se había publicado en «algún sitio». «¿La carta cómo la tenemos?», añadió, a lo que ésta contestó: «Porque llega, la tienen los medios».
No obstante, Lobato incidió en que necesitaba saber de dónde salía el correo para que, como reclamaba ella, pudiera usarlo en la sesión de control de ese día en la Asamblea de Madrid. «Porque si no parece que me la ha dado Fiscalía», apostilló el aún senador socialista.
A preguntas de la abogada del Estado Consuelo Castro, que ejerce la defensa de García Ortiz, Lobato ha negado que esa imagen le llegara de «alguien de la Fiscalía». «En absoluto», ha aseverado.
Sin embargo, la acusación particular que ejerce González Amador ha querido saber por qué replicó a Sánchez Acera que, si no le decía de dónde venía, podía parecer que procedía de Fiscalía, preguntando directamente si es que sospechaba que era así.
«Si es que yo no puedo decir que tuviera sospechas. Yo lo que tenía es prudencia porque yo sé interpretar, ya después de unos años en política, lo que puede suponer una cosa u otra. Y, en ese caso, veía que no era prudente esa vía de actuación», ha expuesto.
Niega «indicaciones» de la ex asesora de Moncloa
Lobato ha explicado, ante la incidencia de la acusación particular, que Sánchez Acera se dirigió a él en calidad de alto cargo del PSOE de Madrid porque el caso contra González Amador era «el tema del día».
«Era objeto del debate político del día, yo diría que a nivel nacional porque fue objeto de debate en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, así que, lógicamente, era el tema del día», ha ilustrado.
En este punto, el abogado del empresario, Gabriel Ramos, ha querido saber si en realidad «el tema del día» era González Amador. «No, Isabel Díaz Ayuso», ha contestado Lobato. «¿Podemos decir que los dos?, ¿lo dejamos en tablas», ha vuelto el letrado, a lo que él ha respondido: «Bueno, era la pareja de Ayuso».
En todo caso, el ex dirigente socialista ha enfatizado que no recibía «indicaciones» ni de Sánchez Acera ni del entonces secretario de Estado de Comunicación Francesc Vallés, con quien también habló esa mañana.
Cabe recordar que el instructor, Ángel Hurtado, llegó a asegurar que en Fiscalía General recibieron órdenes de Moncloa para filtrar la información relativa a González Amador. La Sala de Apelación corrigió al magistrado al considerar que dicha afirmación «no ha sido acreditada con suficiencia», dejando fuera de la causa esas supuestas instrucciones del Gobierno.
«No tenía claro el origen»
Lobato ha explicado que si se dirigió a ambos, tras recibir el ‘pantallazo’ de Sánchez Acera, fue para saber «de dónde venía ese documento». A ella, porque era quien se lo había facilitado. Y a él, porque era quien mejor podía saber lo que se había publicado en prensa.
El otrora secretario general del PSOE de Madrid ha reconocido que al recibir la imagen se puso en alerta porque, «como técnico de Hacienda» sabía que si su origen no estaba «certificado» era «mejor no utilizarlo». «Primero, esto no tiene fecha; segundo, de dónde viene. Ya mi sensación era que eso no…», ha detallado.
Con todo, ha reivindicado que intentó cerciorarse de que podía utilizarlo porque «no tenía claro su origen» y solo estaba dispuesto a exhibirlo en la Asamblea de Madrid, como arma política, si era «legítimo».
A este respecto, ha manifestado que, si acudió al notario para protocolizar sus ‘whatsapp’ de esa mañana fue porque, tras tener conocimiento de que había un procedimiento judicial, le guió ese mismo «criterio de prudencia».
Quería «acreditar que había dos documentos distintos: uno el que yo recibo, documento A, y otro el que se publica en los medios, documento B. Y que yo, en todo caso, en el Pleno de la Asamblea de Madrid utilizo siempre el documento B, y no el documento A», ha destacado.
En la misma línea, ha comentado que su entonces jefe de gabinete, David del Campo, le recomendó no usarlo sin saber su procedencia dándole «un sabio consejo político». «Que es: ‘Ten perspectiva y no te metas en los temas del día a día’, que es algo que yo siempre he intentado hacer», ha remachado.
Tras Lobato y Sánchez Acera, han declarado varios periodistas que cubrieron las negociaciones entre la defensa de González Amador y la Fiscalía, comenzando por representantes de ‘Vozpopuli’ y ‘Libertad Digital’, y concluyendo con periodistas de ‘El Mundo’, ‘eldiario.es’ y La Sexta.
Sánchez Acera se reafirma
Por su parte, la ex secretaria de política institucional del PSOE de Madrid, Pilar Sánchez Acera, ha asegurado que «nunca» recibió el correo que la defensa de Alberto González Amador envió a la Fiscalía y ha explicado que el pantallazo que remitió, con datos similares, al entonces líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, le llegó de un medio de comunicación y no de la Fiscalía General del Estado.
González Amador, víctima de una “muerte pública”
En la jornada del martes, Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusó a García Ortiz de haberlo «matado públicamente» tras la supuesta filtración que lo señalaba como «el delincuente confeso del Reino de España». “O me voy de España o me suicido”, declaró con contundencia.
González Amador destacó cómo la supuesta filtración había devastado su vida personal y profesional. Insistió en que la divulgación de dicho correo y una nota de prensa subsiguiente lo marcaron como un confeso delincuente, afectando profundamente a su entorno familiar y a su estatus social y económico.
«Estoy muerto jurídica, social y económicamente», subrayó, tras lo cual, incluso al finalizar su interrogatorio, solicitó hablar nuevamente para enfatizar el impacto devastador que el caso ha tenido en su vida.
El empresario concluyó declarando que se considera un instrumento político como pareja de Díaz Ayuso: “No es que lo diga yo, es que es una cuestión política”, concluyó.
Miguel Ángel Rodríguez
Otro de los comparecientes en el juicio a García Ortiz en la jornada del martes, Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, explicó que González Amador le había informado sobre una inspección de Hacienda durante un viaje a París en 2022, lo que le llevó a seguir el caso de forma no oficial. Reveló que, el 13 de marzo, González Amador le envió un pantallazo de un email del 12 de marzo en el que un fiscal expresaba su disposición a negociar.
Rodríguez indicó que decidió “publicar ese ‘email’” en un chat de prensa para contrarrestar una información de La Sexta que sugería que la iniciativa de negociar provenía de la defensa de González Amador. Este hecho se contraponía a lo publicado por ‘El Mundo’, que atribuía la iniciativa a la Fiscalía.
Interrogado sobre su afirmación de que el acuerdo se había detenido por “órdenes de arriba”, Rodríguez admitió que no tenía pruebas, pero que era una deducción “lógica”. También negó ser la fuente de ‘El Mundo’ y subrayó que no reveló el contenido del correo hasta la noche del 13 de marzo.
