Juan Lobato, exlíder socialista en Madrid, ha instado a realizar una “reflexión” respecto al “uso político” de la divulgación de datos personales, una práctica que considera “incorrecta”. Al mismo tiempo, ha rechazado ser “víctima” en el proceso judicial que indaga en la posible filtración de información personal de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, por parte del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
En la tercera sesión del juicio en el Tribunal Supremo, Lobato ha sido el primero en testificar, centrando su declaración en la acusación contra el fiscal general por haber revelado a la ‘Cadena SER’, el 13 de marzo de 2024, un correo electrónico que el abogado de González Amador remitió a la Fiscalía el 2 de febrero, proponiendo un acuerdo para evitar la cárcel de su cliente.
Después de su testimonio, Lobato compartió con los medios que había preguntado en dos ocasiones a Pilar Sánchez Acera, exasesora de Moncloa, y a Francesc Vallès, exsecretario de Estado de Comunicación, sobre la publicación del correo. “Pilar Sánchez Acera me respondió, como saben, ‘está en los medios’, y Francesc Vallès no me contestó”, explicó el senador socialista.
“VERGÜENZA” ANTE EL FRAUDE FISCAL Y LOS BULOS
Lobato expresó que le resulta “una vergüenza que se defraude fiscalmente” y que se difundan “bulos”. Añadió que es “incorrecto” que se expongan datos confidenciales, “lo haya hecho quien lo haya hecho”. “Deberíamos reflexionar sobre el uso político de información de carácter reservado, aunque sea el tema del día”, afirmó, subrayando la necesidad de una “preocupación general”.
Finalmente, el político negó ser perseguido por este asunto y justificó el registro notarial de sus mensajes con Acera como una medida de “prudencia” para asegurar que la verdad quedase documentada. “Las repercusiones políticas son secundarias. No soy víctima de nada, al contrario; quiero contribuir a esclarecer la verdad”, concluyó.
