Juana Rivas ha comparecido este jueves como investigada en el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, enfrentándose nuevamente a acusaciones de sustracción de menores, tras ser condenada en 2018 por el mismo delito y recibir un indulto del Gobierno posteriormente.
Al salir del tribunal de la Caleta, después de una declaración de unos 40 minutos, Rivas expresó a los medios que tanto ella como su círculo cercano están ‘rotos’ debido a este prolongado proceso que la sitúa de nuevo en una posición inicial, según palabras de su equipo legal.
En medio de un mar de periodistas, y visiblemente conmovida, Rivas solicitó ‘ayuda para acabar con este circo’. ‘Yo no tengo otra que participar, luchar siempre’, declaró, argumentando que la falta de apoyo y razón por parte de las autoridades contribuye a la perpetuación de este ‘circo’. ‘Pero no me voy a rendir por mi hijo Daniel’, aseguró.
La nueva acusación se origina tras una denuncia de su excompañero, el italiano Francesco Arcuri, quien alega que su hijo menor, de 11 años, no fue devuelto a Italia en la fecha acordada por la justicia italiana después de pasar las vacaciones de Navidad con su madre en Maracena, Granada.
El 7 de enero, apenas un día antes de la fecha programada para el retorno del niño, el equipo legal de Rivas solicitó medidas cautelares argumentando que el menor estaba en ‘grave riesgo’, ya que el padre, quien posee la custodia, está siendo procesado en Italia por supuestos malos tratos, en un proceso que continúa activo en ese país.
Carlos Aránguez, abogado de Rivas, informó que en la sesión se presentaron ‘múltiples pruebas’ de presuntos abusos, incluyendo ‘fotografías, partes médicos’ y ‘múltiples audios’, demostrando que no se trata de una sustracción de menores, sino de una acción para ‘proteger a un niño de once años’.
Aránguez lamentó que ‘Juana y Daniel siguen atrapados en un laberinto jurídico que dura casi una década’. Añadió que ‘es hora de que la justicia actúe’ y ‘salve a Daniel’.
















