La Audiencia Provincial de Huelva ha confirmado la pena de 18 años de prisión impuesta al hombre que arrolló con su coche a varias personas en dos terrazas de Gibraleón (Huelva) el 9 de octubre de 2022. En el suceso murió un hombre de 32 años y otras ocho personas resultaron heridas de distinta gravedad, después de que el acusado, el pasado 20 de octubre, cuando iba a comenzar el juicio con jurado popular, admitiera los hechos y alcanzara un acuerdo de conformidad aceptando la condena.
Según detalla la resolución, consultada por Europa Press, se le imponen 15 años de prisión por un delito de asesinato consumado y seis delitos de asesinato en grado de tentativa con alevosía, así como otros tres años más por otros seis delitos de intento de asesinato con alevosía.
Además, la sentencia establece una medida de seguridad consistente en su internamiento en un centro o programa de deshabituación de drogas tóxicas, así como la prohibición de comunicarse por cualquier medio y de acercarse a menos de 200 metros de cada una de las víctimas durante 20 años. Igualmente, se le prohíbe residir y acudir a la localidad de Gibraleón durante el mismo periodo. La resolución es firme y no admite recurso de apelación.
El tribunal considera acreditado que este hombre, sobre las 14,30 horas del 9 de octubre de 2022, circulaba por la avenida Pío XII de Gibraleón y continuó por la calle Cristo de la Sangre. Al llegar a la intersección con la avenida de Andalucía, a la altura de la iglesia de San Juan, observó que en una de las terrazas “las mesas estaban llenas de gente que comían despreocupados y alegres”.
Relata que, “sin otro motivo que el de quitar la vida” a quienes se encontraban en el lugar, el acusado orientó “cuidadosamente” el vehículo hacia un rebaje del bordillo que le permitía acceder a la terraza y, mientras gritaba “os tengo que matar a todos”, aceleró el coche “súbita y bruscamente, embistiendo contra cuantas personas, mesas, sombrillas y mobiliario encontró a su paso, de forma tan rápida e inesperada que sus ocupantes no tuvieron la más mínima oportunidad de evitar la colisión y fueron atropellados”.
Después, recorrió unos 80 metros por la acera hasta la esquina con la calle Cristóbal Colón, donde “dio un giro de 180 grados y se colocó en la carretera, de nuevo en dirección al bar, de forma igualmente acelerada y por el carril izquierdo, pegado a los coches estacionados de manera que, en mitad del tumulto y pánico desatado entre los vecinos presentes”, un vecino, “con la finalidad de evitar que el investigado repitiera su acción y volviera a atropellar a los heridos, salió a su encuentro llamando la atención con los brazos en alto”. Ante ello, el conductor “dirigió al coche contra él y, con el mismo propósito de acabar con su vida, lo persiguió velozmente durante varios metros hasta que se escabulló entre los coches y consiguió que el condenado abandonara la zona a toda velocidad, por la misma calle por la que había llegado”.
A continuación, se desplazó hasta otro establecimiento hostelero y “cuando alcanzó la altura del paso de peatones ubicado justo enfrente de la terraza frenó bruscamente y dirigió el coche marcha atrás, como si estuviera haciendo la maniobra de estacionamiento al lado de la terraza”, pero al ver a varios jóvenes sentados “despreocupados y alegres”, les gritó “de que os reís, ahora os vais a reír con razón” y, “con el propósito de acabar con sus vidas, aceleró bruscamente el coche y empotró contra la pared a dos personas que ocupaban una de las mesas que allí había”.
Así, “los dos jóvenes fueron sorprendidos por la embestida del coche sin poder escapar antes de ser atropellados”. El acusado abandonó de nuevo el lugar a gran velocidad repitiendo los gritos “ahora os reís con razón”.
Como resultado de estos hechos, un hombre de 32 años sufrió un traumatismo cráneo encefálico severo con fractura craneal compleja y fue mortalmente atropellado, falleciendo ese mismo 9 de octubre de 2022 a las 18,30 horas.
La sentencia concluye que, en el momento de los hechos, el acusado “reunía criterios para el diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad y consumo perjudicial de cocaína que afectaban parcialmente y de modo grave sus capacidades volitivas en relación a la impulsividad que caracterizan su trastorno y al consumo de tóxicos sin llegar a anular totalmente dichas capacidades”.
También se recoge que, inmediatamente después de su detención, se le practicó una extracción de sangre para la detección de alcohol y drogas, “arrojando un resultado positivo a Benzoilecgonina --metabolito inactivo de la cocaina-- en 0,13 mg/l en sangre”.
El condenado ha permanecido tres años y dos meses en prisión preventiva, periodo que se le descontará de la pena definitiva. La fase de instrucción del procedimiento concluyó a finales de 2024, tras más de dos años de diligencias, y hasta la celebración del juicio el acusado continuó en prisión, después de que el Juzgado de Instrucción número 5 de Huelva acordara el 13 de octubre de 2022 la prisión provisional comunicada y sin fianza, que fue prorrogada por auto de 27 de septiembre de 2024 por otros dos años.